La asistencia a los partidos del Mundial de Clubes ha sido el tema principal del torneo. En algunos encuentros la asistencia es masiva, como por ejemplo el duelo entre el Atlético y PSG desde el Rose Bowl que contó con 80.000 espectadores, o el del Inter Miami y Al Ahly que tuvo una asistencia de 60.000 fanáticos, y sin dejar de contar el Boca-Benfica con 50.000.
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Sin embargo, esta afluencia no ha sido toda la realidad del torneo mundialista. Otros encuentros han registrado baja asistencia y detonado gran preocupación en los organizadores del Mundial. Un ejemplo de ello fue el encuentro entre el Chelsea-LAFC, que se jugó a gradas prácticamente vacías, con sólo 22.137 espectadores. De igual forma paso en el River-Urawa, en Seattle, que acogió con apenas 11.974 hinchas, lo que se traduce en el 17% del total del aforo.
El contraste ha sido notorio, es por eso que la FIFA se centrará más en los partidos que tienen más afluencia de fanáticos. Es allí cuando entra el Real Madrid, se espera que sea el club que más fanáticos lleve al estadio, lo que le da confianza a Gianni Infantino para afrontar lo que queda de la fase de grupos.
Incluso, dos de los tres partidos del Madrid (Al Hilal y Salzburgo) tiene toda la boletería vendida. Son los únicos dos encuentros de toda la competición mundialista que están ‘sold out’.
Por esa razón, el conjunto madridista es el oxígeno que necesita la FIFA para abarcar la cifra global de aficionados en los estadios. El debut del Madrid en el Mundial de Clubes representa un incremento en las cifras de boletería.