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Internacional

Óscar Tabárez: la impronta de un maestro

Viernes, 19 de noviembre de 2021 a las 04:27 pm

Samuel Aldrey /@SamuelAldrey

Desde marzo de 2006 y hasta noviembre de este 2021 Óscar Washington Tabárez fue el entrenador de la selección de Uruguay y los resultados están a la vista. 

Condujo a la Celeste a tres mundiales (lo dirigió también a Italia en 1990), fue cuarto en Sudáfrica 2010, quinto (el mejor sudamericano) en Rusia 2018 y lo sacó campeón de la Copa América en 2011.

El éxito de Tabárez para el fútbol uruguayo va más allá de los resultados, copas o posiciones en los torneos internacionales. Su mayor logro fue convertir a una selección sin rumbo y con jugadores sin desear colocarse la Celeste en un equipo de fútbol desde sus bases. En un mundo donde el juego solo se mide en resultados.

Tabárez y los valores humanos.

Es bueno repasar que en los 15 años previos a la llegada de Tabárez, Uruguay fue solo a un Mundial Japón y Corea 2002. Se perdió el de Estados Unidos 1994, el de Francia 1998 y el de Alemania 2006, que comenzó cuando ya el técnico se había hecho cargo de la Celeste. Además, solo había ganado una sola Copa América, la de 1995.

Tabárez cambió el cómo se percibía a la selección. En los 224 partidos de la era Tabárez Uruguay ganó 106, empató 58 y perdió 60 (56% de efectividad) según la página oficial de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). 

Está claro que la selección no fue una máquina futbolística. Entonces, ¿cuál ha sido el gran aporte de Tabárez? Traer de vuelta la profesionalidad a la Celeste e inculcar el amor propio y valores.

Tabárez cuando compaginaba la profesión de maestro y el fútbol en Montevideo, su ciudad natal/ Foto: El Gráfico


 

De hecho, en una entrevista, al diario Marca de España, Tabárez dejaba entrever un poco sobre su pensamiento: "Hay un libro, 'El legado de Tabárez’ que salió aquí y por él me enteré de algunas cosas que pensaban de mí, pero no es importante eso más allá de que yo fuera maestro la relación con el futbolista se va dificultando cada vez más y creo que los tiempos indican que un entrenador tiene que ser también un educador”, reflexionaba el maestro.

 

En argentina en 2001 cuando dirigió Vélez/ Cortesía: El Gráfico


 Eso fue lo que hizo: educar. Porque cuando Tabárez llegó al complejo Celeste se encontró con una infraestructura pobre, pero especialmente halló el desencanto de los futbolistas que no tomaban en serio a la selección. Los que jugaban en Europa sentían que era un sacrificio viajar tantas horas para defender a un equipo que no tenía proyección.

Pero con el 'Maestro' en las concentraciones uruguayas se redujeron al mínimo los tambores, el vino, las escapadas nocturnas y, sobre todo, los rifirrafes internos. El que no se adaptó a la disciplina Tabárez quedaba por fuera.

La huella: el trato a los juveniles

En lo meramente futbolístico asumió anunciando un sistema 4-3-3, que poco pudo aplicar porque las nuevas y constantes tácticas del fútbol lo empujaron a adaptarse.

Lo más importante de Tabárez ha sido el proceso en sí mismo, es decir, el cómo forma a los jugadores hasta que llegan a la selección absoluta.

Cuando los sub 15 llegan al complejo Celeste, por primera vez, Tabárez estaba allí para recibirlos, darles una charla, hacerles ver lo privilegiados que son por haberse ganado el derecho a defender a Uruguay y allí el gusanillo por vestir la celeste comienza.

Tabárez les hace un seguimiento como ningún otro seleccionador. Los conocía a todos y por eso cuando llegaban a la mayor tenía un trato de mucha familiaridad, con el respeto que le profesan los futbolistas. Un claro caso fue el de Edinson Cavani con quien se lo vio teniendo muchas conversaciones de estilo paternal.

99 a uno del centenar.

Óscar Washington Tabárez tuvo dos pasajes por la selección uruguaya y en ambos tuvo jugadores que lo marcaron varios de ellos ya habían tenido minutos con la selección, pero otros debutaron con él en el banco de suplentes y esa lista llega a 99 jugadores antes de que fuera cesado muchos jóvenes debutaron con el Maestro.

El que lo hizo con menos edad fue Diego Martín Dorta. El mediocampista se estrena con la selección mayor teniendo 18 años, dos meses y 17 días. Jugó para Peñarol la mayoría de su carrera futbolística y en Argentina jugó para Independiente.

Quienes lo siguen en ese ranking son José María Giménez, ya que lo hizo a los 18 años, siete meses y 19 días -actualmente un caudillo en el Atlético Madrid de Simeone-.

El que le sigue fue Juan Surraco. Debuta con 18 años, nueve meses y siete días. Surraco pasó su vida futbolística en Italia y tuvo su pico en el 2010 cuando era ficha del Udinese. Después se desinfló y fue una ficha de cambio entre los clubes italianos, actualmente está sin club.

Esta larga lista de jugadores que debutaron con Tabárez demuestra su enorme trabajo y sacrificio por la selección uruguaya. Un proceso formador, un camino pedregoso y nada solidario, pues en el fútbol como dice Jorge Valdano: "El resultado es Dios".

El camino es la recompensa.

Sin embargo, su trabajo fue recompensado en el 2010 cuando regresó del Mundial de Sudáfrica, donde Diego Forlán fue elegido el mejor futbolista del certamen, y la selección fue recibida en el Palacio Legislativo.

Durante los discursos Tabárez pronunció una frase que quedó en la memoria colectiva de los uruguayos: "el camino es la recompensa". Significando que todo esto que aquí se escribe valió más que lo obtenido. 

Ante Colombia en Barranquilla, el 13 de noviembre de 2020, Tabárez alcanzó su centésimo triunfo con la Celeste a la que condujó en 224 partidos hasta que los malos resultados y rendimientos en la actual eliminatoria pusieron fin a un ciclo irrepetible para Uruguay. Su cese queda en un comunicado de la AUF, pero su impronta quedará para siempre en la memoria de los uruguayos.

 

El comunicado íntegro de la AUF donde informa la destitución de Tabárez / Cortesía: AUF


 

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