El reciente partido entre Girona y Real Madrid ha generado un intenso debate entre aficionados y analistas sobre si Kylian Mbappé debió ser expulsado. En una jugada que, a primera vista, parecía intrascendente, el delantero francés se vio envuelto en una situación polémica que podría haberse traducido en su segunda amonestación.
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Mbappé se la jugó al final del primer tiempo
Durante el inicio de la segunda parte, Mbappé, que ya tenía una tarjeta amarilla por protestar durante el primer tiempo, se lanzó a por un balón largo. En el proceso de control, utilizó su mano, lo que en otras circunstancias podría haber sido sancionado por el árbitro. Aunque la jugada continuó y no resultó en gol, la pregunta persiste: ¿debería Gil Manzano haber mostrado la segunda amarilla a Mbappé?
Según Iturralde González, analista de SER y AS, el árbitro actuó correctamente al no mostrar una tarjeta amarilla en esta ocasión. Afirmó que, aunque anteriormente se podría haber señalado esa acción como amarilla, las normas han cambiado en los últimos años. “Hizo bien en dejar seguir la jugada hasta el final, ya que pitar por una apreciación errónea no sería adecuado”, comentó González.
La falta de amonestación en esta jugada permitió a Mbappé continuar en el campo, donde finalmente contribuyó al triunfo del Real Madrid al marcar el tercer gol del equipo. Sin embargo, el hecho de que el árbitro no sancionara la mano ha dejado a muchos preguntándose si hubo una cierta benevolencia hacia el talentoso delantero.
Mbappé sin intención de controlar
Gil Manzano optó por no expulsar a Kylian Mbappé, argumentando que no existió intención por parte del delantero del Real Madrid de manejar el balón con la mano. Esta decisión generó la indignación de varios aficionados de LaLiga, especialmente porque Antonio Raíllo recibió tarjeta roja en un caso similar durante el partido Celta-Mallorca, donde su acción fue defensiva y bloqueó un ataque prometedor del adversario.
Sin embargo, muchos aficionados sostienen que Mbappé sí tenía la intención de tocar el balón con la mano y, por lo tanto, debería haber sido amonestado con tarjeta amarilla. La controversia persiste, a pesar de que el Madrid dominó claramente al Girona y se llevó los tres puntos de manera merecida. La posible expulsión del jugador francés podría haber cambiado el rumbo del partido.
Con Mbappé aún en el campo, el Real Madrid logró consolidar su victoria, dejando a los seguidores del Girona y muchos comentaristas con un sabor agridulce ante la controversia.