En un fallo histórico, un tribunal de Trinidad y Tobago ha ordenado una indemnización de 63.000 dólares a tres niños venezolanos. Los infantes fueron detenidos en condiciones inhumanas durante dos meses en un helipuerto adaptado como centro de detención para migrantes.
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La jueza Shurlanne Piere estuvo al frente del caso y se refirió a la falta de áreas recreativas y educativas en el centro, así como la duración de la detención. Argumentó que esta ausencia constituye un trato cruel e inusual hacia los menores, violando sus derechos fundamentales.
Un calvario de dos meses
Los niños, de 2, 7 y 12 años, junto a su madre, fueron detenidos en diciembre de 2020 tras intentar ingresar de forma irregular al país. A pesar de que la madre fue posteriormente liberada, los menores permanecieron detenidos en el helipuerto de Chaguaramas, un lugar completamente inadecuado para albergar a niños.
La jueza Piere enfatizó que existen tratados internacionales y leyes nacionales que protegen los derechos de los niños. Según dichas ordenanzas, los menores no deben ser tratados de manera hostil o insegura.
Este fallo sienta un precedente importante en la lucha por los derechos de los niños migrantes en la región. Demuestra que los jueces pueden y deben intervenir para proteger a los menores de edad que son víctimas de violaciones a sus derechos humanos.