La tensión entre Israel e Irán ha alcanzado un nuevo máximo histórico. Tras la operación israelí 'Rising Lion', que Tel Aviv calificó como una respuesta a una "amenaza existencial" dirigida a objetivos del programa nuclear iraní, Irán lanzó más de un centenar de misiles durante la tarde-noche del viernes. En este intercambio de ataques, las Fuerzas Armadas de Irán confirmaron el derribo de dos cazas F-35 de Israel y la captura de un piloto con vida, según la televisión estatal iraní IRIB y la agencia Tasnim, afín a la Guardia Revolucionaria.
Detalles del derribo y sus implicaciones
La televisión estatal iraní, IRIB, destacó que los sistemas de defensa iraníes lograron interceptar los dos aviones de combate F-35. Este suceso marca la primera vez que un sistema de defensa aérea iraní consigue interceptar y derribar cazas F-35, considerados de última generación. Un comandante de la defensa aérea de Israel afirmó que entre los "ocho objetivos voladores que fueron derribados por las defensas indígenas iraníes se incluían varios cazas F-35, drones y misiles de crucero".
Estos ataques iraníes contra objetivos militares, incluyendo la central nuclear de Natanz, han provocado la muerte de más de 70 personas y han dejado a más de 300 heridas.
Fin de negociaciones nucleares con Estados Unidos
La reciente escalada también ha tenido un impacto directo en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní que Irán y Estados Unidos venían manteniendo. El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Esmail Baqaei, declaró que el diálogo "ya no tiene sentido". Esta postura surge después de que se revelara que el presidente Donald Trump estaba al corriente del ataque que Israel llevaría a cabo. Baqaei enfatizó que "la otra parte ha hecho algo que ha convertido el diálogo en algo que no tiene sentido".
La situación en la región permanece extremadamente volátil, con una escalada que podría tener repercusiones significativas a nivel global.