Redacción Meridiano
A lo largo de la historia desde este lado del mundo se nos ha enseñado y que el beisbol de las Grandes Ligas es el mejor y más importante que se conoce por todo lo que involucra: tradición, espectáculo y la gran cantidad de dinero que se mueve en el negocio.... Pero, más allá de eso, cómo no pensar que en un país como Japón podría jugarse mejor el beisbol si han ganado tres de los cinco clásicos mundiales disputados hasta la fecha.
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Es evidente que si a la MLB se le considera la liga número 1, a la NPB de Japón se le considera la número 2. Sin ir más lejos, uno de los grandes ejemplos que demuestra por qué el beisbol de Japón debe entrar en el debate sobre cual es el mejor es que, el actual mejor jugador del mundo, Shohei Ohtani, se hizo un nombre en la liga de su país y se terminó despidiendo de ella como una súper estrella, antes de recalar en Estados Unidos y dominar Igualmente en la Gran Carpa.
Más allá del espectáculo y del gran negocio que hay detrás del béisbol sobre todo en Estados Unidos, ahora más que nunca se abre la puerta a considerar que en Japón el juego es superior, pese a no contar con la popularidad y la inversión masiva que se ve por parte de el gigante norteamericano.
La coronación de Japón en Miami frente a un equipo lleno de estrellas como lo era el estadounidense, sin dudas, es un golpe sobre la mesa por parte de la nación asiática, quienes en su primera final contra su rival directo en cuanto a pelota se trata salieron victoriosos y dando muestras de por qué son los reyes del Clásico.
Nadie podría saber con certeza cuándo se volverán a enfrentar estos equipos en una final, pero lo cierto es que, Japón - con la mayoría de jugadores de su liga, una liga con mucha menor inversión y poder mediático - se quedará con la última gran victoria por un tiempo, hasta que haya otro frente a frente tan esperado como el último.