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En la fructífera historia del beisbol de las Grandes Ligas, solo dos jugadores que defendieron la antesala han logrado superar la marca de 1.500 carreras impulsadas en sus carreras: el dominicano Adrián Beltré y el legendario Mike Schmidt.
Beltré, quien jugó 21 temporadas en Las Mayores con los Dodgers, Marineros, Medias Rojas y Rangers, se retiró con un total de 1.707 carreras remolcadas, consolidándose como uno de los mejores tercera base de todos los tiempos. Su combinación de poder, consistencia y excelencia defensiva le valió cinco Guantes de Oro y cuatro selecciones al Juego de Estrellas.
Por su parte, Mike Schmidt, considerado el mejor tercera base en la historia de la MLB, jugó toda su carrera con los Filis de Filadelfia entre 1972 y 1989. Acumuló 1.502 carreras impulsadas y se destacó por su gran capacidad ofensiva, conectando 548 jonrones y ganando tres premios MVP de la Liga Nacional. Su legado también incluye 10 Guantes de Oro y un título de Serie Mundial en 1980.
La exclusividad de este logro resalta la dificultad de mantener una producción ofensiva de élite desde la antesala, una posición tradicionalmente más valorada por la defensa que por la ofensiva. Con Beltré en el Salón de la Fama desde la clase 2024 y Schmidt inmortalizado en Cooperstown, ambos jugadores han marcado la Gran Carpa.
Su legado seguirá siendo un estándar de excelencia para futuras generaciones de tercera base que aspiran a alcanzar semejantes cifras en las Grandes Ligas.