La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha anunciado de manera oficial la aparición del fenómeno de El Niño el 4 de julio, tras confirmar las condiciones en el océano Pacífico tropical que muy probablemente resultará en un aumento de las temperaturas y alteraciones meteorológicas a lo largo de este año. Esta es la primera vez en siete años que se detectan estas condiciones.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, advierte que la aparición de El Niño incrementará significativamente la probabilidad de romper récords de temperatura y de experimentar un calor más extremo en diversas partes del mundo, tanto en tierra como en el océano. Se espera que el incremento de las temperaturas sea más notable en los próximos tres meses y que persista hasta finales de 2023, con una intensidad que se estima al menos moderada, aunque no se descarta la posibilidad de que pueda desarrollarse en un fenómeno severo.
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Entre las alteraciones pronosticadas se encuentran condiciones de sequía en Australia, América y, específicamente, en Sudamérica. Estas sequías podrían agravar la inseguridad alimentaria en diversas regiones y aumentar el riesgo de enfermedades infecciosas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha manifestado su preocupación al respecto, destacando que El Niño puede tener un impacto significativo en la salud. La directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, la doctora María Neira, ha señalado que la escasez de agua resultante de este fenómeno puede dar lugar a un aumento de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera. Además, las inundaciones y ciclones asociados a El Niño pueden dañar las infraestructuras de atención médica y saneamiento, lo que agrava aún más los riesgos para la salud de las comunidades afectadas.
Ante estas condiciones, es crucial que los países y las comunidades tomen medidas para prepararse y responder adecuadamente a los efectos de El Niño. El monitoreo constante y la coordinación entre los organismos meteorológicos, de salud y medioambientales son fundamentales para anticipar y mitigar los riesgos asociados a este fenómeno.
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En resumen, la declaración oficial de la aparición de El Niño plantea importantes implicaciones a nivel global, incluyendo el aumento de temperaturas, sequías, inseguridad alimentaria y riesgos para la salud. La cooperación internacional y la adopción de medidas preventivas son clave para hacer frente a estos desafíos y proteger tanto el bienestar de las personas como el equilibrio del clima mundial.