El puntapié inicial de la temporada de NFL se llevará a cabo a mediados del mes de septiembre, sin embargo, la campaña comenzará oficialmente el venidero jueves 25 de abril con el Draft 2024, donde los 32 conjuntos que conforman el circuito reclutan a los mejores atletas del futbol colegial de los Estados Unidos.
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El Draft de la NFL es el comienzo del sueño para aquellos jugadores de la disciplina que decidieron presentarse como elegibles, aunque no todas las historias empiezan con el pie derecho.
El Campus Martius Park y la Hartz Plaza de Detroit acogerán esta edición del Draft, donde más de 250 atletas serán seleccionados y sus derechos pasarán a ser parte de una de las franquicias que conforman la liga, pero ¿Qué pasa cuando un jugador no quiere firmar por el equipo que lo elige?
Hay varias razones por las que un jugador no querría unirse a una franquicia que pretende reclutarlo. Una de ellas, el desempeño del equipo durante la pasada temporada o preferencia personal.
Si a los jugadores se les diera la opción de elegir con qué franquicia inscribirse, el draft probablemente tomaría más tiempo y también frustraría el propósito de darles a los equipos de bajo rendimiento la oportunidad de reforzar su alineación.
Entonces, si un equipo lo elige, la franquicia simplemente tiene los derechos para firmarlo.
¿Qué pasa si el jugador no quiere unirse a un equipo?
Si el jugador realmente no quiere unirse al equipo que lo seleccionó, tendrá la opción, en teoría, de resistir y volver a ingresar al draft el año siguiente. Esta opción, sin embargo, podría marcarlo para otros posibles pretendientes como alguien con un problema de actitud.
Bo Jackson tomó esta ruta en el Draft de 1986, cuando los Tampa Bay Buccaneers lo nombraron su pick número uno. Se negó a unirse a los Buccaneers y decidió resistir, y en cambio se convirtió en jugador de béisbol de los Kansas City Royals durante un año. En 1987 fue elegido por Los Angeles Raiders en la séptima ronda y se convirtió en jugador de béisbol y football americano.
La otra opción es simplemente negarse a jugar para el equipo que lo seleccionó y forzar un intercambio, como hizo John Elway en 1983 cuando fue elegido por los Baltimore Colts. En este caso, se mantuvo firme en no jugar para el equipo, por lo que Baltimore entabló conversaciones con los Denver Broncos.