La temporada de verano, tradicionalmente próspera para las comunidades de inmigrantes en áreas suburbanas de Nueva York como Long Island, se ha visto alterada por una intensificación de las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta situación ha generado un profundo clima de miedo, afectando la vida diaria, la economía y el bienestar de miles de familias.
Contexto de las operaciones y la reacción comunitaria
Hasta hace poco, las comunidades de inmigrantes en Long Island se sentían relativamente seguras de la intervención del ICE.
Sin embargo, recientes operativos en localidades como Westbury, Glen Cove y Brentwood han cambiado este panorama. Estas zonas, especialmente el "East End" de Long Island, dependen de una importante fuerza laboral inmigrante para servicios de jardinería, limpieza y mantenimiento durante los meses de verano.
El miedo ha provocado que muchos trabajadores, a pesar de la necesidad económica, salgan a trabajar con gran precaución.
La circulación de rumores no verificados en redes sociales ha exacerbado la situación, llevando a muchas personas a evitar salir de sus casas y, en consecuencia, afectando su capacidad de generar ingresos.
Consecuencias sociales y legales
La Organización Latino Americana (OLA) ha documentado varias consecuencias del miedo generalizado en la comunidad inmigrante:
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Ausentismo escolar: Se ha registrado una notable disminución en la asistencia a clases en escuelas del East End, donde casi la mitad de los alumnos son latinos. Los padres, por temor a la detención, evitan llevar a sus hijos a la escuela.
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Abandono de la justicia: Trabajadores que han sido víctimas de robo de salarios o desalojos ilegales, están optando por no presentar denuncias o continuar con casos legales. El miedo a tener contacto con cualquier autoridad, incluso en cortes civiles, les impide defender sus derechos.
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Medidas extremas de custodia: Se ha observado un aumento en el número de padres que, ante la posibilidad de ser deportados, están formalizando documentos para otorgar la custodia temporal de sus hijos a otros familiares o conocidos.
La distinción entre rumores y hechos
Aunque las autoridades locales de East Hampton han desmentido los rumores de redadas masivas en su jurisdicción, la desconfianza persiste. La falta de obligación de ICE de notificar a las agencias locales sobre sus operativos contribuye a la incertidumbre.
Si bien ICE argumenta que sus operaciones se centran en personas con antecedentes penales, como en el caso de Jeremías Benites Vásquez, también se han documentado detenciones de personas sin historial criminal.
El caso de Nuvia Martínez Ventura, una madre de cinco hijos que enfrenta la deportación, ha generado una gran preocupación y ha puesto de manifiesto el impacto de estas acciones en las familias.
La situación ha generado una respuesta de la comunidad no hispana, con voluntarios que se unen a la operación "Vigila y Protege" de OLA para brindar información verificada y apoyo. La población latina en Long Island aumentó un 33.5%entre 2010 y 2020, consolidándose como una parte vital de la demografía y economía de la región.