Los habitantes de 48 entidades que conforman los Estados Unidos, a excepción de Hawái y Arizona, deberán ajustar el reloj al horario de verano con la llegada del mes de marzo. El cambio se ha realizado de forma continua desde 1918 .
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Este cambio durante años ha sido controversial en EEUU. Donald Trump en 2024 reavivó la polémica al comentar en su red social que el horario de verano es "inconveniente y costoso" para el país. Sin embargo, sigue vigente más de 100 años después ya que ninguna propuesta alcanzó el consenso necesario para convertirse en ley en el Congreso, veremos si este año cambiará.
Recordemos que EEUU tiene cuatro zonas horarias y en cada una se cambiará la hora cuando allí sean las 2:00 de la mañana. Primero se cambiará la hora en la zona Este, una hora después en la zona Central, luego en la zona de Montaña, después Pacífico y, por último, lo hará Alaska.
¿Cuándo se debe ajustar el reloj?
El gobierno de Donald Trump informó que el cambio al horario de verano está previsto para el día 9 de marzo (segundo domingo del mes) a las 2:00 am, cuando los relojes sean adelantados una hora con respecto al tiempo estándar. Con el ajuste, los ciudadanos deben prepararse a perder una hora de sueño.
Cuándo amanecerá
Serán ocho meses en los que amanecerá más tarde y atardecerá más tarde igual. Por ejemplo, el domingo 9 de marzo en Miami amanecerá a las 7:36 am y el sol de ocultará a las 7:27 pm.
Este cambio solo se debe realizar en los dispositivos analógicos, ya que en los teléfonos celulares, tablets, smartwatch y computadoras se hará de forma automática por cada compañía prestadora de servicios de telecomunicaciones.
Por qué se hace este cambio
La práctica de modificar el horario de los relojes nació en la víspera de la Primera Guerra Mundial, sobre todo en Europa, cuando los países de esa región implementaron la medida como estrategia para aprovechar la luz natural y reducir el consumo energético en un contexto de escasez de recursos a causa del conflicto bélico.
Este cambio a nivel económico tiene un gran impacto en las industrias, ya que reduce la contaminación por menos consumo de energía eléctrica, y por ende, menos CO2, es decir, se minimizan las emisiones de gases de efecto invernadero.