Agüero es el nombre que no para de sonar en la planta noble del Bernabéu. Más si cabe después de verle exhibirse con Argentina ante Uruguay en la Copa América. Es al único que ven con caché de Galáctico para contrarrestar mediáticamente el ciclón de títulos azulgrana. El triplete puede convertirse en sextete como ocurrió en el verano de 2009, precisamente cuando Florentino aterrizó por segunda vez a la presidencia del Real Madrid. Vinieron de una tacada Cristiano, Kaká y Benzema. “Tenemos que hacer en un año lo de tres”, explicaba el presidente. La situación, seis años después, vuelve a dejar un Barça triunfal en primavera (Liga, Copa y Champions) y un Florentino al contraataque en verano, aparte de los 57,7 millones de euros ya desembolsados en lo que va de 2015: Danilo (30), Lucas Silva (14), Casemiro (7,5), Marco Asensio (3,9) y Odegaard (2,3).
La idea del presidente es que el proyecto Benítez necesita un reclamo más allá de los cambios que pueda introducir el entrenador en el vestuario. Da igual que en la mente del técnico esté poner a Cristiano de nueve y Bale en la izquierda. Agüero puede devolver la bandera del optimismo entre una afición desencantada por el año en blanco (cuatro títulos importantes de los 18 posibles en las últimas seis temporadas). Tampoco entusiasma entre la masa social el panorama con Casillas, por mucho que De Gea esté en la recámara.
