Para cualquier gustoso(a) del deporte de los bates, guantes y pelotas, por siempre será interesante conversar con un personaje como Oscar Prieto Párraga, hombre de beisbol en los cuatro puntos cardinales de su humanidad.
Es probable que la nueva generación de aficionados poco sepa de su nombre y abundantes logros.
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Como hijo de Oscar Prieto “El Negro”, copropietario de Leones del Caracas, esta disciplina jamás le fue ajena y desde muy joven se integró a la organización; eventualmente ocupó el puesto de su padre, junto a Pablo Morales Chirinos se conjugó para establecer un dúo ejecutivo de alto nivel.
Tan exitosos fueron, que hoy por hoy, algunos estiman son la mejor dupla gerencial que se haya visto en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP).
Prieto Párraga tiene firma perpetua en las consecuciones campeoniles de los melenudos en muchos torneos: la 77/78, 79/80, 80/81, 81/82, 86/87, 87/88, 89/90, 94/95, mientras que como asesor fue parte de las consecuciones en 2005/2006 y 2009/2010; sin olvidarnos de las Series del Caribe de 1982 y 2006.
A todo esto, por obligación debemos mencionar las participaciones en las finales de la 82/83, 85/86, 90/91, 93/94, 96/97, 97/98, 98/99, 2004/2005 y 2008/2009.
Parte fundamental de su palmarés, igualmente es la cadena de 18 victorias consecutivas (récord en la LVBP), conseguidas por los caraquistas en la edición 88/89; el pasado 8 de diciembre fue un nuevo aniversario de esa hazaña.
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Sobre ese logro específico, esto nos dijo en entrevista exclusiva ofrecida a la marca Meridiano:
Ese año, luego de una temporada de ausencia, se concretó el retorno de Bill Plummer ¿Fue él la primera opción para ser el mánager?
Plummer fue siempre nuestra primera opción, ya lo conocíamos y teníamos una muy buena relación y sabíamos que podía hacer un buen trabajo.
Antes de hilvanar esos 18 triunfos, los Leones tenían marca de 7-14, últimos en la tabla de posiciones ¿en el alto mando se consideró prescindir del estratega?
Nunca pensamos cesantear a Plummer, de hecho, no era nuestra filosofía cesantear los managers.
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En el 2000, Pablo Morales Chirinos recordaba que en ese entonces, Andrés Galarraga, en medio de la racha, temió sumarse por cuestiones de cábala. ¿Cómo rememora esas circunstancias?
Yo consideraba que al incorporarse una pieza como Andrés el equipo tomaría más fuerza, en retrospectiva no hay duda que fue de gran ayuda.
Esa cadena de triunfos es uno de los momentos cumbres del Caracas ¿En su ranking de favoritismo, qué lugar le asigna?
En un equipo con tanta historia y con tantas satisfacciones producidas es muy difícil tener un ranking de hazañas, pero sin dudas debe de estar entre las mejores 10.
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De los 18 ganados, 6 fueron contra Navegantes del Magallanes, más que contra otro rival ¿Esos fueron sus predilectos?
Ganar es el nombre del juego y sin duda que ganarle a Magallanes es una satisfacción, pero hay que recordar que esa es la época en que los Navegantes no eran muy ganadores, aunque me imagino que los fanáticos las disfrutaron al máximo.
¿Cuál cree fue el más difícil de toda la racha?
Ganar un juego es de las cosas más difíciles y sabemos que en un deporte de conjunto y que se juega todos los días, siempre hay un héroe diferente, pero sin duda que el staff de pitchers fue determinante en esa cadena de victorias.
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Ese equipo caraquista es uno de los más completos que se haya visto, ¿Cómo ejecutivo, en esa época qué era lo más complicado para poder armar un gran róster como aquel?
En nuestra ética de trabajo casi al terminar una temporada comenzábamos a trabajar en la siguiente, y armar un equipo es de las cosas más difíciles, conseguir los importados que tú quieres, que le den permiso, que quieran venir a jugar, cuánto tiempo se van a quedar, cuándo se incorporan las estrellas nativas; todo eso significa un gran trabajo y un seguimiento diario para tener todas las aristas cubiertas y así tratar de adelantarte a los imponderables.