Carlos Carrasco aplaudió su guante con la mano derecha al salir del montículo del Citi Field. Los Mets de Nueva York estaban en las últimas etapas de un juego contra uno de los mejores equipos de la Liga Nacional, los Gigantes de San Francisco.
Este jueves por la tarde se llevan la victoria 6x2 para llevarse su cuarta serie consecutiva y convertirse en el primer club de las Grandes Ligas en alcanzar el doble dígito de victorias (10-4), acallando a los que todavía dudaban de su capacidad para hacerlo contra los mejores.
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Dentro de todo esto, la declaración más significativa es la actuación del Cookie venezolano, que demostró durante 7.2 entradas que todavía puede ser una fuerza en un montículo de la MLB.
"Es bueno para todos tener un recordatorio", dijo el manager Buck Showalter.
En su actuación más dominante desde que se unió al conjunto de Queens, Carrasco retiró a 18 bateadores consecutivos desde la segunda hasta la séptima entrada. Cuando esa racha terminó por un error, el barquisimetano inmediatamente indujo una doble matanza para borrar al corredor de base.
Al salir para ese octavo tramo se convirtió en el primer abridor de los Mets este año en llegar a esas instancia, y estuvo a punto de completarla; fue necesario un jonrón solitario de Mike Yastrzemski con 2 outs para poner fin a su jornada.
Sin embargo, ni siquiera eso estropeó la tarde. Sólo permitió otros 3 hits y 1 carrera adicional, ponchando a 7.
"Ese es el Cookie que conozco", dijo el campocorto Francisco Lindor, quien vio a Carrasco ganar 60 juegos en sus mejores cuatro temporadas en Cleveland antes de venir con él en un intercambio a Nueva York en enero de 2021.
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Cuando el venezolano finalmente se retiró del montículo, lo hizo en medio de una entusiasta ovación de una multitud matinal de 28.760 personas. La escena contrastaba con lo que experimentó el verano pasado, cuando se perdió los primeros cuatro meses debido a una distensión en el isquiotibial derecho, y luego luchó para inducir outs a su regreso.
Sólo después de la temporada, Carrasco reveló que necesitaba una operación para extraer un fragmento de hueso de su codo derecho. Se sometió a la operación y se presentó a los entrenamientos de primavera, como dijo Showalter, con "una pequeña mirada en sus ojos".
"No hay ese enfoque constante cada vez que ladea el brazo", añadió Showalter, que mantuvo sus gafas de sol puestas durante toda la nublada tarde porque no quería gafar a su lanzador titular. "Está en un buen momento. Seamos realistas, lo más importante es que está sano. Todos sabemos de lo que es capaz Carlos cuando está sano".
La salud no es lo único que ha animado a Carrasco. El veterano también ha cambiado su mezcla de lanzamientos; aunque las diferencias han sido sutiles, está confiando menos en su material duro que antes.
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En sus dos primeras salidas, lanzó sólo un 38,3% de bolas rápidas, lo que sería el porcentaje más bajo de su carrera en una temporada completa. Este jueves modificó esa situación lanzando bolas rápidas en casi la mitad de sus lanzamientos, pero sólo lo suficiente para elevar su promedio de temporada al 41,6%. Sigue siendo la segunda tasa más baja de su carrera.
Según el receptor Tomás Nido, la clave ha sido averiguar lo que funciona en un día determinado y apoyarse en ello, en lugar de utilizar una fórmula única. Hoy por ejemplo, el frío impidió que Carrasco pudiera utilizar sus bolas de ruptura como quería, así que él y Nido recurrieron más a las bolas rápidas y a las sinkers.
"Es completamente diferente este año", dijo Carrasco. "Tener cuatro lanzamientos para hacer strikes, eso es aún mejor. A veces, salgo y sólo tengo dos, y sólo trato de resolverlo. Pero en mis últimas tres salidas, ha sido genial".
En esas salidas, él se ha mantenido invicto con un ERA de 1.47 (más bajo que sus compañeros de rotación más anunciados, Max Scherzer, Chris Bassitt y Tylor Megill).
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Esos cuatro, Taijuan Walker y David Peterson se han combinado para producir efectividad de 2.10 como titulares, que es el mejor de las Grandes Ligas. También lo es su 0.83 WHIP y su promedio de bateo de los oponentes de .174. (De hecho, los Mets cuentan con la única rotación que mantiene a sus oponentes por debajo de la Línea Mendoza).
No se suponía que eso ocurriera tras el diagnóstico de lesión de Jacob deGrom a finales de marzo. Pero ha sucedido gracias a Megill. Ha sucedido gracias a Peterson. Y ciertamente ha sucedido gracias a Carrasco.
"El pedigrí está ahí y el deseo está ahí", dijo Showalter. "Todo el mundo tira por Carlos. Él se preocupa mucho. Creo que está en un buen momento físico, mental y emocional, y tiene algo de ayuda."
Agregó Carrasco: "Todos mis lanzamientos han funcionado. Y eso es lo que quiero también para toda la temporada".
Fuente: mlb.com