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Beisbol Grandes Ligas

¡Hay que ser Bravos! para poder ser campeón

Por Meridiano

Miércoles, 03 de noviembre de 2021 a las 08:20 am

Gonzalo Urgelles R.
@GnzaUrglls

Por cuarta vez en su historia, y segunda desde que están en Atlanta, los Bravos se titulan campeones de la Serie Mundial, luego de derrotar en seis juegos a los peligrosos Astros de Houston. La pizarra final del juego fue de 7-0, para que “El equipo de América” pudiera rendir un verdadero homenaje a Hank Aaron en el año de su fallecimiento.

Tal como lo hicieron 26 años atrás, los Bravos se coronan en seis encuentros. En aquella oportunidad, enfrentando a los Indios de Cleveland, tampoco pudieron dictar sentencia con ventaja de 3-1 y Cleveland les forzó el sexto juego, que se decidió en Atlanta con victoria de una carrera por cero para los de casa.

La ofensiva de los dirigidos por Brian Snitker despertó en el momento propicio. Fueron económicos, se impusieron a fuerza de batazos, con tres bambinazos y un tubey, y capitalizaron en el juego que contaba, el bonito, el definitorio. Si no hay quinto malo, sexto tampoco.

Atlanta, que no había conectado imparable en el juego, abrió el tercer capítulo con sencillo de Ozzie Albies, fallaron uno tras otro Travis d’Arnaud y Dansby Swanson, antes de que Eddie Rosario negociara boleto; llegó el turno para el cubano Jorge Soler, que en cuenta completa, al octavo lanzamiento, estiró sus brazos para largar su tercer vuelacercas de la Serie Mundial y poner arriba al conjunto visitante.

El batazo de Soler –que probablemente todavía no ha caído– puso el punto y final a la labor del venezolano Luis García, que estuvo fino durante 2.2 entradas. El bolivarense retiró de forma consecutiva a los primeros seis bateadores que enfrentó, pasando a tres de ellos por su filoso repertorio.

Entre tanto, el abridor de los Bravos estuvo intratable a lo largo de seis entradas completas, de una soberbia actuación en la que maniató a su antojo a diestros y siniestros de la toletería sideral. Toleró únicamente cuatro imparables, no concedió boletos y recetó a media docena de Astros.

Los bates texanos estuvieron dormidos a lo largo de todo el compromiso, con una mansa actuación en la que solamente Martín Maldonado pudo conectar con contundencia su imparable. El venezolano José Altuve comenzó el primer inning con roletazo de hit al campocorto; Maldonado respondió en el tercero con línea fuerte al jardín central; Carlos Correa se embasó con un elevado al derecho; y Michael Brantley repitió la dosis del criollo, pero en el sexto.

Dansby Swanson emuló lo hecho por Soler, y con un corredor a bordo, se fue hacia lo más profundo del jardín izquierdo, para ampliar en cinco rayitas la ventaja de los suyos. También mandó a las duchas con su trueno al lanzador de turno, el dominicano Cristian Javier. Casi de inmediato, Houston le dio las cuatro malas a Soler y Freddie Freeman respondió con un doble contundente, para traer la sexta.

Freeman, el caballo de este equipo, no quedó conforme con el doble productor de la quinta entrada y en el séptimo, ante los envíos de Ryne Stanek, sacó su ‘Tomahawk’ y de un hachazo se fue para la calle por todo el jardín central para dictar sentencia y poner cifras definitivas al encuentro.

Houston dio batalla, pelearon hasta el final, pero los Bravos jugaron el buen beisbol, como equipo, siendo un núcleo con un solo norte, con el objetivo único de ser campeón. Contra todo pronóstico, pues muchos los dieron por muertos cuando perdieron a Ronald Acuña Jr. a mitad de campaña; sin un récord de escándalo, sin ser los favoritos, trabajando como obreros y a la callada ¡Atlanta es el flamante campeón!

 

Soler fue el caballo

El cubano Jorge Soler se une a Livan Hernández como los únicos nacidos en la isla que se han alzado con esta distinción.

El jardinero llegó a mitad de campaña, proveniente de los Reales de Kansas City, para llenar las praderas baldías de Atlanta. En la temporada regular, no destacó tanto; se puede decir que simplemente hizo el trabajo.

En la postemporada tampoco había brillado. Hasta que llegó la hora de los hombres; en la Serie Mundial se transformó y fue el caballo de los Bravos. Tal y como lo hizo Eddie Rosario en la Serie de Campeonato, también llegado a mitad de campaña, siendo todo mérito de la gerencia.

  • 3 cuadrangulares sonó Soler en la Serie Mundial
  • .391 fue su porcentaje de embasado en los seis encuentros
  • 6 carreras impulsadas acumuló el antillano en el clásico de otoño

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