Dar marcha atrás no siempre es tan malo y esa es una de las premisas que siguen los patrones y regímenes de salud y ejercicio hoy día. Diferentes estudios realizados en la actualidad han demostrado los beneficios que puede traer al organismo y a la salud en general, caminar o ir hacia atrás de vez en cuando.
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Incluir esta práctica en los regímenes de ejercicios y entrenamientos físicos podría ayudar a aumentar el equilibrio, mejorar el ritmo cardíaco y tener una mejor aptitud cardiopulmonar. Ese fue parte del resultado que dio a conocer un estudio reciente realizado apenas en 2021 donde se pudo observar estos resultados en personas que estuvieron caminando hacia atrás en la cinta de caminar durante al menos 30 minutos.
Un estudio aún más antiguo, datado en 2005, determinó que un grupo de mujeres disminuyó considerablemente su grasa corporal y mejoró su condición cardiorrespiratoria luego de estar durante seis semanas en un programa de correr y andar hacia atrás.
En cuanto a las diferentes enfermedades que aquejan a los seres humanos, otros estudios han revelado que caminar hacia atrás podría traer un efecto positivo en las personas que tiene padecimientos de artrosis de rodilla y dolor de espalda crónico.
Esta costumbre también trae buenos resultados a la salud mental y es que caminar hacia atrás puede ayudar a agudizar las funciones de la mente y a ser más consciente, esto debido a que el cuerpo necesita estar más alerta cuando va en dirección opuesta a la habitual.
Gracias a los beneficios que puede aportar esta práctica, sobre todo en la mejora del equilibrio, se recomienda incluirlo en la rutina de los adultos mayores, especialmente, para ayudarles a mantener el equilibrio durante más tiempo.
¿Cómo incorporar esta actividad a la rutina diaria?
Como todo nuevo deporte que se va a practicar, se necesita ir poco a poco incorporando esta nueva actividad a la vida. Para una primera vez se puede comenzar una práctica de cinco minutos por día durante varios días a la semana, hasta que el cuerpo vaya acostumbrándose a esta nueva forma de hacer ejercicio.
También es recomendable incorporar en caminatas de 20 minutos, al menos cinco minutos de caminata en reversa, con la intención de que el cuerpo se vaya acostumbrando paso a paso. Conforme el cuerpo se acostumbre a la nueva actividad, se puede incrementar el ritmo, la velocidad y el tiempo en el que se realiza esta actividad.
Los expertos aseguran que en caso de ser joven y hacer ejercicio constantemente, se puede caminar hacia atrás todo el tiempo que se quiera, sin que exista ningún tipo de riesgo en llevar a cabo esta práctica.