El Departamento de Estado de EEUU se prepara para llevar a cabo una serie de despidos masivos que podrían comenzar el viernes 11 de julio. Esta decisión responde a la necesidad de reducir lo que el secretario de Estado, Marco Rubio, ha calificado como una estructura “inflada” dentro de la organización. La información proviene de un comunicado interno enviado a los empleados, al que tuvo acceso la agencia EFE.
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Más de 1,200 empleados afectados
Según fuentes consultadas por EFE, se espera que más de 1,000 empleados del Servicio Civil y aproximadamente 200 del Servicio Exterior sean despedidos en esta primera ola. Los empleados recibirán comunicaciones directas sobre su situación laboral, con algunos siendo colocados en baja administrativa, mientras que otros podrían ser eliminados en un plazo de 24 horas.
Con aproximadamente 18,000 empleados con base en EEUU, estos despidos representarían el 15% de la fuerza laboral del Departamento de Estado. Aunque se anticipa que las misiones en el exterior no se verán afectadas significativamente, se ha indicado que su estructura también está bajo revisión.
Justificación de los despidos
Marco Rubio ha argumentado que estos cambios son necesarios para eliminar a empleados que considera de “ideología política radical”. Esta postura ha generado un debate sobre la motivación detrás de los despidos y su posible impacto en la diversidad política dentro del Departamento.
La comunicación sobre los despidos se produce después de que el Tribunal Supremo de EEUU desbloqueara una orden ejecutiva que permite al presidente Donald Trump continuar con los despidos masivos en la burocracia del Gobierno federal. Este contexto legal ha facilitado la implementación de las medidas anunciadas por el Departamento de Estado.
La noticia ha suscitado reacciones mixtas entre los empleados y analistas políticos, quienes advierten sobre las posibles repercusiones en la moral del personal y la eficacia operativa del Departamento.