El deporte hípico sudamericano marcó un hito el pasado domingo. El Hipódromo de Monterrico no solo celebró una nueva edición del Gran Premio Nacional - Augusto B. Leguía (G1) ganado por María Luisa en recorrido de 2.400 metros, sino que detuvo el tiempo para rendir homenaje a Edwin Talaverano Cárdenas. El jockey peruano, cuya carrera fue sinónimo de precisión quirúrgica en la conducción de caballos, dijo adiós a las pistas.
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El Herraje de Vencedores recibió a representantes de todos los estamentos hípicos: propietarios, criadores, preparadores y colegas. El Consejo Directivo del Jockey Club del Perú encabezó un homenaje que estuvo lleno de profunda emoción. Rodeado de su familia y bajo una ovación que se escuchó como el eco de tantas tardes de gloria, Edwin se despidió oficialmente de su profesión.
Una trayectoria forjada en oro: Jinete
La campaña de Talaverano es un registro de logros memorables. En su Perú natal, su nombre se grabó en la historia al conquistar en cuatro ocasiones el Derby Nacional (G1), la Cinta Azul. Gracias a la reseña realizada por el portal: www.turfdiario.com se pudo conocer que:
Su vigencia nunca conoció de almanaques: desde aquella primera victoria con Kiana (Spend One Dolar, 2002) hasta la más reciente con Poseidon (The Lieutenant, 2023), pasando por el doblete histórico con Ancelotti (Street Hero, 2018) y Baron Rojo (Ministers Joy, 2019).
Sin embargo, su proyección internacional fue el factor que lo elevó al estatus de mito. Sus tres conquistas en el Gran Premio Latinoamericano (G1) con Stash (Stack, 1993), Madame Equis (Book the Band, 1999) y aquel triunfo inolvidable con Liberal (Meal Penalty, 2015) lo colocan en un pedestal exclusivo.
Argentina: Su gran escenario
Si en Perú lo consideran un prócer, en Argentina Edwin Talaverano es patrimonio nacional del turf. Su llegada a San Isidro y Palermo en los años 90 transformó la forma de correr. Con una postura elegante y una infinita paciencia para esperar el momento justo, Talaverano se ganó el apodo de "Rey del Pellegrini".
Ganó el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) en cuatro oportunidades, una marca impresionante: con Laredo (Muscovite, 1993), con Fregy's (Combsway, 1996), con el campeón Asidero (Fadeyev, 1999) y con Interaction (Easing Along, 2009).
Ese año 2009 fue su año de gracia. No solo arrasó con las pruebas internacionales de la jornada, sino que la prensa argentina le otorgó el Olimpia de Plata, distinción que lo reconoció como el mejor deportista de la actividad en el país.
Nadie olvida aquella épica batalla en el Clásico Jockey Club del Perú (G1) de 1996. Sobre Fregy's, contuvo por solo una cabeza al chileno Gran Ducato (Roy). Muchos consideran esa la mejor conducción histórica en el Coloso de Surco.
La palabra del Maestro: Victorias 5.800 y más
Visiblemente emocionado, Edwin Talaverano tomó la palabra para cerrar un capítulo que acumula más de 5.800 fotos de victoria.
"Quiero agradecer el cariño del público, que siempre me hizo sentir en casa, y especialmente a los propietarios y preparadores que confiaron en mis manos para llevar a sus caballos a la victoria en Perú, Argentina y Estados Unidos", expresó con la humildad que siempre lo caracterizó.
El retiro de las pistas no marca el adiós al turf. Edwin Talaverano ya volcó su sabiduría a la Escuela de Jinetes, donde se desempeña como profesor. Su misión es formar a las nuevas generaciones, a las que transmitirá técnica y les ofrecerá el ejemplo vivo de lo que significa ser un profesional íntegro.
Se retira un jinete de manos de seda y mente de hielo, un hombre que hizo parecer fácil lo difícil. Gracias, Edwin, por dar al turf sudamericano una jerarquía que grabó tu nombre para siempre en la memoria de quienes aman este deporte. El Herraje de Vencedores será siempre tu casa.
