La historia de Daniel Ruenes es un testimonio de lucha y resiliencia en el mundo del espectáculo. Originario de Colombia, el joven llegó a la Ciudad de México con la esperanza de consolidarse como modelo y actor, pero su camino no ha sido color de rosa.
NOTAS RELACIONADAS
“Llegué a México después de la pandemia porque tenía ganas de crecer. Allá en mi tierra trabajaba en una granja de cerdos. Me ofrecieron trabajo acá y probar suerte en el modelaje”, relató en una entrevista retomada por diversos medios.
Si bien su incursión en el modelaje fue rápida y le permitió participar en proyectos de actuación en Televisa, la estabilidad laboral que había logrado comenzó a desmoronarse. Ruenes llegó a ganar más de mil dólares diarios en su mejor etapa, pero pronto se encontró sin ingresos.
“Fue difícil empezar a ver cómo mi carrera iba en decadencia. No sabía qué hacer, literal, estaba en ceros”, confesó.
Sin oportunidades en el medio artístico
La falta de oportunidades lo obligó a tomar decisiones difíciles, como sacrificar su alimentación para pagar la renta. Ante la incertidumbre por su futuro, decidió trabajar en una tienda de abarrotes (conveniencia), sin avergonzarse de ello.
“De colaborar con marcas super top, ahora estoy en una tienda de conveniencia y no me da pena decirlo. La vida cuesta, pero no hay que darse por vencido”, expresó.
El joven reconoce que el mundo de la moda y la actuación es competitivo, y al ser extranjero, las oportunidades pueden ser limitadas. “Te desesperas porque no pasa nada y siendo extranjero es más complicado”, admite.
A pesar de los obstáculos, Ruenes mantiene la esperanza de regresar a los reflectores. “Llevo casi cinco meses trabajando aquí. He aprendido mucho y con el poco dinero que gano, porque esa es la realidad, gano muy poco, he podido sobrevivir y salir adelante”, explicó