El Kentucky Derby (G1) desata todo tipo de pasiones. Los “dos minutos más famosos del deporte” son un evento de gran trascendencia en Estados Unidos. Más de 14.8 millones de personas vieron la carrera por televisión y streaming, y hubo récord en apuestas.
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Pero para la Organización de protección contra el maltrato animal People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) el Kentucky Derby representó algo nefasto. Durante la semana anterior, emitieron varios comunicados condenando la muerte de varios ejemplares, incluyendo algunos entrenados por Saffie Joseph Jr., que resultó suspendido de manera indefinida en todos los hipódromos de la corporación Churchill Downs.
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“Aunque PETA aprecia que el veterinario del estado de Kentucky haya actuado con cautela retirando al favorito del Derby, pedimos que se clausure el hipódromo para que se ponga en marcha protocolos más estrictos. Churchill Downs debió haber escuchado” expresó Kathy Guillermo, Vicepresidente de PETA a través de un comunicado.
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Las organizaciones defensoras de los animales han intentado detener la actividad de las carreras de caballos en Estados Unidos. Los casos de lesiones en la pista de Santa Anita en el 2019, desataron la furia entre los grupos proteccionistas.