Decepción. Claudio Bravo abandona Barcelona por la puerta de atrás después de ganarse el vestuario azulgrana como pocos –el campeón de Chile era y es uno de los miembros con mayores aceptación por el grupo- y la afición.
Pesos pesados de la plantilla culé aseguran que el que viene –por Cillessen- no mejora al que se va. Una marcha dolorosa que pivota, principalmente, en cinco episodios clave que han terminado por echar a Bravo del Barça.
A saber. Primero, la puñalada de Ter Stegen. El alemán amenazó con forzar su macha si no era titular indiscutible. La directiva se doblegó.
Segundo, la falta de determinación de Luis Enrique. El asturiano nunca ha escondido sus simpatías por Bravo ante Ter Stegen, pero ante la decisión del club de priorizar al germano por delante de Claudio, calló
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