Han pasado 33 años de la muerte del emblemático cantante, compositor y vocalista de la agrupación Queen, Freddie Mercury. Un artista que con su potente voz, estilo y actitud sobre el escenario marcó un antes y después en la música rock, con éxitos que hasta hoy se mantienen en la memoria de muchos como “Bohemia Rhapsody”, “Don’t Stop Me Now”, “I Want to Break Free” y “Radio Ga Ga”.
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La muerte llegó muy pronto en la vida de Farrokh Bulsara, nombre de pila del artista, quien tenía ideas únicas que se vieron reflejadas en sus videos musicales cargados de excentricidades, bailes y mucha diversión, junto a sus compañeros. Falleció a la edad de 45 años por complicaciones derivadas al sida.
Gran fortuna
Tras la muerte del artista que era conocido por realizar grandes fiestas en el Reino Unido, con excesos, drogas, alcohol y mucha liberación, se conoció que en el testamente gran parte de su jugosa fortuna fue destinada para Mary Austin, la hermosa rubia que conquistó el corazón de Freddie, antes de que se declarara homosexual.
Mercury le dejó la lujosa mansión que tenía en Garden Lodge en Kensington, valorada en su momento en $38 millones, y con características muy lujosas como un comedor pintado de amarillo, el color favorito del intérprete, una sala de estilo japonés, un jardín inspirado en los jardines de Kioto, habitaciones, carros, piscinas y otras cosas.
En este sentido, según un nuevo artículo de Infobae, afirman que el cantautor también dejó a Mary las ganancias de los derechos de autor de todas las emblemáticas canciones que creó junto a la banda británica. Según información recogida en diversos medios se calcula que el patrimonio neto del artistas era cercano a los 50 o 60 millones de dólares.
Más dinero
También se dice que en el testamento se le repartió dinero a Jim Hutton, quien fue la pareja del nacido el 5 de septiembre de 1946, al asistente personal Peter Freestone, al cocinero Joe Fanelli, a los padres, Bomi y Jer Bulsara, y a la hermana menor Kashmira Bulsara.