Bárbara Chirino / @barbarachirino
36 años tuvo que esperar Argentina para saborear nuevamente una victoria mundialista, y luego de haber vencido en un sufrido partido a una imponente Francia que llevó la final a penales, los celestes no cabían de la emoción.
Al plantel sudamericano se le pudo ver protagonizando un entusiasta festejo con gritos y cánticos en su vestuario. Los de Scaloni no desaprovecharon la oportunidad para bañarse en champagne y jugar algunas bromas entre ellos.
La celebración se extendió con su desalojo del estadio Luisail, el escenario que los vio convertirse en los reyes de este mundial y que abandonaron en un autobús abierto donde se les vio ondeando la bandera, cantando, bañándose y alzando la copa con orgullo.
Extasiados recorrieron las calles de Doha acompañados de las personas que iban en sus vehículos y caminando que compartían la misma alegría. Tal como sucedió no sólo en Argentina sino en muchas partes del mundo donde se le vio a cientos de hinchas celebrando desaforadamente.