Para cualquiera medianamente involucrado con el ámbito de Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), harto conocido es la sequía de títulos que mantiene sediente al pleno de Tiburones de La Guaria, desde los integrantes de la organización como a toda su alegra fanaticada.
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Esta no es cualquier franquicia para el circuito local, es una de peso, de mucho. Para que la nueva generación tenga una idea de esa afirmación, cuando los escualos alcanzaron su última coronación (1985/1986), esa fue la séptima de su historia, y solo los Leones del Caracas tenían más trofeos. Así de relevante es la tradición guairista, que, luego de 12 años, está de regreso a una Gran Final de la LVBP, enfrentando precisamente a los melenudos.
Para la plenitud de los integrantes alta responsabilidad hay con esos exitosos antecedentes, Ronald Acuña Jr. es uno de ellos, circunstancia que asume con el temple y la categoría de una figura de su talla, que otorga el crédito a sus compañeros por estar aqupi, en el Evento Decisivo:
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“Si acá tenemos un compromiso con cada uno de los aficionados de los Tiburones, porque la sequía es bastante larga. Por otro lado no me visualizo como la figura principal de este equipo, los muchachos han estado activos desde el primer día de la campaña, yo me incorporé en el trayecto, jugué solo 10 partidos; ahora lo más importante es que estoy aquí”, enfatiza.
Durante su periplo de primera irrupción en el cónclave, el hijo de Ronald dejó números más que apropiados a su estatus: .441 (34-15) de average, .513 en porcentaje de embasado, .647 de slugging, 1.160 en OPS, 1 doble, 2 cuadrangulares, 10 pisadas del plato, 6 compañeros llevados a la registradora, 22 bases alcanzadas, 3 bases por bolas y 8 ponches.