El noruego Ken Stornes, estableció un récord mundial en el denominado salto mortal masculino tras precipitarse desde un acantilado a una altura de 40,5 metros (132 pies) y con una velocidad de 100 km/h, aún se desconoce el estado de salud del atleta tras la caída, aunque en el video de su hazaña se ve que sale nadando del agua sin muchos problemas.
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El "death diving" o clavado mortal es un deporte no apto para cardíacos que se originó en Noruega y que se ha vuelto muy popular con el auge de las redes sociales. Además ha empezado a tomar fuerza en los últimos años atrayendo a las personas que les gustan las disciplinas extremas.
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Este deporte consiste en lanzarse al agua "en plancha o panza" desde alturas que van de 10 a 14 metros (32 a 45 pies) y los jueces otorgan puntos según quién estuvo más cerca de golpear el agua con el estómago expuesto.
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En el video publicado por el atleta en su cuenta de la red social Instagram, Stornes, desde una plataforma colocada en un acantilado, primero lanza una roca enorme para comprobar la caída y romper la tensión superficial del agua, inmediatamente hace su salto y a unos pocos metros de la superficie cambia de posición.
