Este miércoles 7 de mayo marca el inicio de un evento trascendental para la Iglesia Católica: el Cónclave 2025. En esta reunión a puerta cerrada, los cardenales electores se congregarán para debatir y, a través del voto secreto, elegir al nuevo Sumo Pontífice que sucederá a Francisco I. La expectación es alta y se anticipa un proceso relativamente ágil.
La convocatoria al Cónclave se produce tras el sensible fallecimiento del Papa Francisco el pasado lunes 21 de abril, a la edad de 88 años. Su deceso, precedido por complicaciones de salud que lo mantuvieron hospitalizado en Roma durante más de un mes, movilizó a una multitud de fieles. Más de 250.000 personas rindieron homenaje al Santo Padre en la Ciudad del Vaticano, despidiéndolo en la Basílica de San Pedro hasta su funeral y sepultura el sábado 26 de abril en Santa María la Mayor.
El Papado
El Papa, como líder de la Iglesia Católica, encarna una figura de profunda relevancia tanto en el ámbito espiritual como en el político. Su mandato se extiende hasta su muerte, con la notable excepción de renuncias como la de Benedicto XVI. La Real Academia Española define al Papa como el “sucesor de San Pedro en el gobierno universal de la Iglesia católica, de la cual es cabeza visible, y padre espiritual de todos los fieles”. Su elección, un proceso singular y poco conocido por muchos, se activa tras la vacancia de la Sede Apostólica.
El Cónclave
Tras el fallecimiento o renuncia de un Papa, el Colegio Cardenalicio asume temporalmente la administración del Vaticano y convoca al cónclave. Este término, que significa “con llave”, describe una reunión a puertas cerradas donde los cardenales exponen sus puntos de vista y votan para elegir al nuevo Sumo Pontífice.
Fecha y Hora: Miércoles 7 de mayo a las 16:30 en la Capilla Sixtina
Los cardenales han fijado el inicio del Cónclave 2025 para este miércoles 7 de mayo. Se espera que las puertas de la emblemática Capilla Sixtina, lugar donde se llevarán a cabo las votaciones, se cierren a las 16:30 (hora local de Roma), dando comienzo formal al proceso de elección.
Es crucial entender que el inicio del Cónclave no implica un anuncio inmediato del nuevo Papa. Este día marca el comienzo de las deliberaciones y las votaciones, cuyos resultados se comunicarán al mundo a través de las icónicas fumatas blancas (elección exitosa) o negras (sin acuerdo).
El proceso detallado de elección
La elección del nuevo Papa sigue un protocolo riguroso y cargado de simbolismo:
- Misa Solemne: Se inicia con una misa presidida por el decano del Colegio Cardenalicio en la Basílica de San Pedro, donde se invoca la presencia de todos los cardenales electores.
- Invocación al Espíritu Santo: Los cardenales se trasladan a la Capilla Paolina y entonan el “Veni Creator”, una plegaria para invocar la guía del Espíritu Santo en el proceso de elección.
- Encierro en la Capilla Sixtina: Los cardenales se encierran a puertas cerradas en la Capilla Sixtina, dando inicio formal al cónclave. Este aislamiento se establece dentro de los 15 a 20 días posteriores a la vacante de la Sede Apostólica. El Domus Sanctae Marthae sirve como residencia para los cardenales durante el cónclave.
¿Quiénes participan en el cónclave?
No todos los cardenales forman parte del cónclave. Solo aquellos menores de 80 años tienen derecho a voto. De los aproximadamente 140 cardenales que cumplen con este requisito, tres son designados como escrutadores para supervisar la votación secreta, y otros tres actúan como secretarios para registrar los resultados. La elección recae sobre uno de los cardenales presentes, quien necesita obtener una mayoría de dos tercios de los votos (94 cardenales en este cónclave)para ser elegido Pontífice.
Para garantizar el secreto absoluto del proceso, las ventanas y cualquier otra abertura de la Capilla Sixtina se sellan, y se instalan inhibidores de señal para evitar cualquier comunicación con el exterior.
El mecanismo de votación
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis establece un estricto sistema de votación. Se realizan dos votaciones cada mañana y dos cada tarde, después de la primera votación en la tarde de inicio del cónclave. Para que la elección sea válida, el candidato debe obtener dos tercios de los votos. Si tras 24 escrutinios no se alcanza un acuerdo, los cardenales pueden decidir por mayoría absoluta modificar el procedimiento, aunque nunca se puede prescindir del requisito de la mayoría simple para la validez de la elección.
Aunque históricamente los Papas electos han sido cardenales, no existen requisitos formales para ser elegido Pontífice.
La fumata: El mensaje de humo que anuncia al mundo
Uno de los elementos más característicos del cónclave son las dos estufas de hierro utilizadas para quemar las papeletas después de cada votación, mezcladas con aditivos químicos. El color del humo que emana de las chimeneas, conocido como fumata, comunica el resultado de la votación a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro:
- Fumata negra: Indica que no se ha alcanzado un acuerdo y las votaciones continúan.
- Fumata blanca: Señala que se ha elegido un nuevo Papa.
El anuncio y la presentación del nuevo papa
Una vez elegido, el cardenal debe aceptar formalmente el cargo y elegir el nombre pontificio por el cual será conocido. Entonces, el protodiácono anuncia la histórica frase desde el balcón central de la Basílica de San Pedro: "Habemus Papam" (Tenemos Papa). Finalmente, el Papa electo se dirige a los fieles para ofrecer su primer discurso y una bendición especial.
Última misa por Francisco I en vísperas del Cónclave
En un ambiente de profunda reflexión y expectación por el inminente Cónclave 2025, se celebró la última misa de luto por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro este domingo. La ceremonia, presidida por el cardenal Dominique Mamberti, contó con la asistencia de más de 200 cardenales. En su sermón, el cardenal Mamberti destacó la fidelidad y el amor con el que el Papa Francisco sirvió a su misión hasta el final de sus días.
El mundo católico aguarda con atención el desarrollo del Cónclave 2025, un proceso ancestral y trascendental que definirá al próximo líder espiritual de millones de fieles en todo el planeta. La fumata blanca será la señal esperada que anuncie el nombre del sucesor de Francisco I.