El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha intensificado sus redadas migratorias bajo el argumento de que busca detener a “inmigrantes peligrosos”, es decir, personas con antecedentes penales. En la práctica, sin embargo, una reciente investigación de The Washington Post demuestra que la gran mayoría de las personas detenidas no tienen historial criminal, un dato revelador que desarma el discurso oficial.
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ICE detiene principalmente a inmigrantes sin antecedentes
Según registros internos obtenidos por el diario estadounidense y analizados en conjunto con el Proyecto de Datos de Deportación, ICE ha elevado considerablemente el número de redadas y arrestos desde enero de 2025, duplicando la cifra comparada con el año previo. Durante mayo y junio, los operativos alcanzaron un pico de hasta 3.000 detenciones diarias. De este modo, hasta la fecha se han producido más de 273.000 arrestos y aproximadamente 239.000 deportaciones.
Lo más impactante es que cerca del 60 % de los más de 56.000 inmigrantes actualmente recluidos no tiene antecedentes penales, y una proporción significativa tampoco enfrenta cargos activos. Además, este porcentaje ha aumentado sistemáticamente: entre enero y junio, el número de detenidos sin historial criminal pasó del 54 % al 70 %, mientras que los que sí tenían condenas —generalmente por delitos menores como infracciones de tránsito o violaciones migratorias— disminuyeron de 46 % a 30 %. Solo menos del 10 % de estas personas fueron detenidas por delitos graves como homicidio, agresión sexual o robo.
Redadas masivas cuestionadas: ¿seguridad o deportaciones arbitrarias?
El argumento público de la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, sostiene que los operativos están centrados en "criminales peligrosos". Sin embargo, la evidencia desmiente esa narrativa. De acuerdo a datos obtenidos vía solicitudes de información pública, ICE progresa con una estrategia sistemática que está arrestando a inmigrantes sin antecedentes, parte central de su política de deportaciones masivas.
En Carolina del Norte, por ejemplo, se registró un incremento del 807 % en detenciones de personas sin historial criminal durante los primeros seis meses de 2025. Estas cifras llaman la atención sobre una tendencia preocupante: la amenaza no es tanto la seguridad pública, sino la expulsión constante, sin evaluaciones individuales de riesgo.
¿Quiénes son los más afectados por las redadas y deportaciones?
Los estados con mayor volumen de arrestos —Texas, Florida y California— concentran las redadas, aunque se observó un crecimiento explosivo en Virginia, donde el número de detenciones cuadruplicó su promedio comparado con 2024. En total, desde enero hasta finales de junio, ICE detuvo a más de 236.000 inmigrantes y deportó a más de 207.000.
La comunidad mexicana sigue siendo la más afectada, pero los arrestos de venezolanos han aumentado significativamente, especialmente tras la desaparición de ciertos beneficios migratorios temporales. Además, los hombres representan casi el 90 % de los detenidos, revelando un posible sesgo en la ejecución de las operaciones.
Implicancias sociales y políticas de las redadas ICE
Este patrón de detenciones masivas sin historial criminal genera preocupación más allá del plano legal. La remoción de personas sin antecedentes interrumpe familias, suele implicar errores (incluso de ciudadanos legales) y mina la confianza entre comunidades inmigrantes y autoridades. Desde el punto de vista político, se refuerza un enfoque migratorio drástico que prioriza cantidad sobre criterio y coloca a la seguridad nacional como bandera para justificar deportaciones arbitrarias.
También tiene impacto económico: el éxodo resultante puede provocar falta de mano de obra en sectores esenciales, como alertan algunos economistas, quienes señalan una posible caída del saldo migratorio neto a cero en 2025, algo no visto en 50 años.