Una de las más exitosas carreras para un pelotero latino y, seguramente, la más exitosa para uno mexicano es la de Fernando Valenzuela. El histórico lanzador de los Dodgers de Los Ángeles fue de los brazos más importantes de la rotación azul durante más de ocho años y logró hazañas que quedaron guardadas en los libros de récords de la mejor liga del mundo, tal como la que será narrada en este artículo.
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Un 29 de junio de 1990, Valenzuela se disponía a lanzar su juego número 314 en Las Mayores. En esa etapa de su carrera ya tenía un palmarés colmado de éxitos con un trofeo de Novato del Año de la Liga Nacional, un anillo de Serie Mundial, un premio Cy Young, dos Bates de Plata y un Guante de Oro.
Antes de aquel compromiso frente a los Cardenales de San Luis en el Dodger Stadium, Dave Stewart, de los Azulejos de Toronto, había conseguido un juego sin hit ni carreras en Canadá, unos minutos antes del comienzo del partido de los Dodgers. Fue una algarabía total tanto en el país de la hoja de maple como en las casas de alrededor del mundo que seguían la transmisión por radio y televisión.
En el calentamiento antes de su apertura, "el Toro", viendo como sus compañeros siguieron minuciosamente la hazaña de Stewart a través de la TV, promulgó una frase que, horas más tarde, quedaría para la historia: "Acaban de ver uno en la televisión; ahora van a ver uno en vivo".
Finalmente, luego del logro del serpentinero mexicano tras 119 picheos, el 29 de junio de 1990 quedó para la historia como el único día en el que dos pitchers logran un juego sin hit ni carreras.
El no-hitter de Fernando Valenzuela
El zurdo, sin saber que esa campaña era la última en la que vestiría el uniforme de los Dodgers de Los Ángeles, se dispuso a montarse en la lomita con la convicción de que lograría un resultado favorable para su escuadra. Además, tenía en mente esa frase que le había dicho minutos antes a sus compañeros, quería lograr un no-no.
Los innings iban pasando y la posibilidad de conseguir el hito se iban haciendo más reales. Los bates del conjunto de San Luis se notaban cada vez más desesperados por romper la historia que estaba haciendo Valenzuela, mientras que el zurdo se veía todavía más dominante mientras avanzaban los capítulos. Aunque en la séptima entrada dio dos boletos consecutivos, dando signos de que podría estar cansado, inmediatamente pudo salir del problema dominando con elevado al jardín izquierdo a Terry Pendleton y con rola a tercera base a José Oquendo.
Un fuerte roletazo de frente al "Toro" que no pudo retener, y lo desvió la esférica hacia la almohadilla de segunda, le permitió a Samuel tomarla y rápidamente tocar la intermedia para sacar un disparo a primera y completar la doble matanza. Con esa complicada jugada culminó el noveno episodio de acción y se consumó el histórico logro del muchacho nacido en Navojoa, México.