Adam Travis, un buscador de 32 años que vive en la Reserva Shinnecock, hizo un interesante hallazgo en Shinnecock Bay, cuando en medio de un cúmulo de escombros encontró una botella en perfecto estado con un mensaje dentro. Sin pensarlo dos veces el hombre rompió la botella y leyó el mensaje.
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“Estimado Buscador: Como parte de un proyecto de Ciencias de la Tierra para noveno grado, esta botella fue arrojada al Océano Atlántico cerca de Long Island. Por favor, complete la información a continuación y devuélvanos la botella… Gracias, Shawn y Ben”, era el texto que se leía en el papel dentro de la botella. La carta estaba fechada en octubre de 1992.
Travis, que fue quien encontró la carta, se dio cuenta de que estaba ligada al Mattituck High School Alumni, así que publicó la carta en el grupo de Facebook de la escuela. Tras la publicación, obtuvo cerca de 4.000 me gusta y más de 300 comentarios. Muchos de estos comentarios fueron de personas que conocieron y recuerdan al profesor Richard E. Brooks, encargado de la cátedra de Ciencias de la Tierra y responsable del proyecto.
Entre las personas que reaccionaron al hallazgo de Travis, estuvo el hijo del profesor, John, quien informó de forma conmovedora que la carta llega en un momento difícil para la familia, puesto que el profesor murió en septiembre pasado a causa del Alzheimer.
“Eso es lo que hace que esta situación sea tan surrealista”, apuntó John, al tiempo que apuntó que “a lo largo de los años ha habido ocasiones en las que hemos oído hablar de botellas encontradas, pero esta es la primera vez que puedo recordar en los últimos 10 años”.
Uno de los escritores de la carta en la botella también se pronunció ante el descubrimiento. “Señor Brooks fue un maestro increíble. Qué proyecto tan divertido. No puedo creer que fue hace 32 años. ¡Realmente quiero conocer a quién encontró esta botella!”, expuso Benny Doroski.
Su petición se hizo realidad de forma virtual, luego de que Travis respondiera presentándose y diciendo que había encontrado la botella mientras limpiaba su equipo de caza de patos en las orillas de Shinnecock.
La teoría de John, el hijo del profesor Brooks, es que la carta en la botella habría viajado por todo el océano Atlántico antes de llegar de vuelta a casa.