Las vitaminas juegan un papel crucial en la regulación del cortisol, la hormona del estrés. Vitaminas como la “B5”, “B6”, “C” y “E” han demostrado ayudar a moderar los niveles de cortisol, promoviendo una respuesta saludable al estrés.
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Incorporar estas vitaminas en la dieta diaria o a través de suplementos puede ser beneficioso para mantener el equilibrio hormonal. Es importante consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier régimen de suplementación para asegurar su adecuación y seguridad.
Las vitaminas y minerales que pueden ayudar a reducir los niveles de cortisol son:
- Vitaminas del complejo B: Específicamente, la vitamina B12 y la vitamina B2 (riboflavina), que se encuentran en alimentos de origen animal como pescados, carnes y productos lácteos.
- Vitamina C: Conocida por ayudar a segregar dopamina y disminuir el estrés. Se encuentra en frutas y verduras como naranjas, brócoli, fresas y melón.
- Vitamina D: Su deficiencia se ha relacionado con un incremento en el riesgo de depresión. Se puede obtener a través de alimentos como pescado, huevos y lácteos bajos en grasa, así como de la exposición al sol.
En conclusión, las vitaminas y minerales como las vitaminas B, C, D, el calcio, magnesio, zinc y cromo son esenciales para gestionar los niveles de cortisol. Su adecuada ingesta puede contribuir a una mejor respuesta al estrés.
Es vital una dieta equilibrada y, si es necesario, la suplementación tras consultar a un profesional de la salud. Estos nutrientes no solo ayudan a controlar el cortisol, sino que también promueven un bienestar general y una salud óptima.