Durante 23 temporadas en la NFL, Tom Brady no solo cimentó su legado con siete anillos de Super Bowl, sino que también desplegó un dominio estadístico difícil de igualar. Una de las pruebas más asombrosas de su supremacía se encuentra en su récord contra los Buffalo Bills: en 36 encuentros, Brady consiguió 33 victorias y solo 3 derrotas, una cifra que refleja lo prácticamente imparable que fue frente a un rival divisional histórico.
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Comparativa implacable: Brady vs. Bills y Mahomes
Este dato cobra aún más peso al compararlo con el desempeño de Patrick Mahomes frente al mismo rival. En apenas nueve enfrentamientos, Mahomes ya ha sufrido cuatro derrotas ante los Bills. Aunque en playoffs su récord contra Buffalo es perfecto, con cuatro victorias sin caída, en temporada regular su rendimiento baja notablemente: apenas ha ganado uno de cinco partidos.
La diferencia es clara: mientras Mahomes ha mostrado momentos de vulnerabilidad ante los Bills, Brady dominó a esa franquicia sin tregua durante casi dos décadas. Esa consistencia no solo demuestra su capacidad para leer defensas y ejecutar bajo presión, sino también su brutal efectividad dentro de la AFC Este, una división que prácticamente gobernó con puño de hierro durante toda su era en New England.
Lo impresionante del caso Brady no es solo el número de victorias, sino el contexto: enfrentó a los Bills en distintas etapas de su carrera, desde sus primeros años en 2001 hasta 2019, y en todas mantuvo un nivel de excelencia. El mariscal de campo ajustó su estilo a distintas generaciones defensivas de Buffalo sin que su rendimiento se viera afectado. En total, lanzó más de 9.000 yardas y 72 touchdowns contra este equipo, manteniendo un rating de pasador cercano al 100.
Rendimiento al máximo nivel
Esa capacidad de sostener un nivel tan alto durante tanto tiempo frente a un mismo rival no solo habla de su talento, sino de una mentalidad ganadora incomparable. Mientras Mahomes aún está construyendo su legado, y ha demostrado ser letal en partidos clave, como los playoffs, el dominio integral de Brady —en cualquier fase de la temporada— lo pone en una categoría aparte.
La estadística no deja lugar a dudas: Tom Brady fue un tormento constante para los Buffalo Bills. Su récord de 33-3 en 36 partidos contra ellos es una muestra de su grandeza y de lo difícil que fue enfrentarlo en cualquier circunstancia. Mahomes, aunque apunta alto, todavía no ha demostrado ese nivel de dominio absoluto. La comparación deja claro por qué Brady es considerado, sin discusión, el mejor mariscal de campo en la historia de la NFL.