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Un día como hoy, 21 de julio, pero del año 2003, el FC Barcelona presentaba oficialmente a Ronaldinho Gaúcho como nuevo jugador del club. Ante una multitud de aficionados en el Camp Nou, nacía una era inolvidable para los culés.
Veintidós años después, aquel momento sigue siendo recordado como el inicio de una transformación histórica no solo para el Barça, sino para el fútbol en general.
Ronaldinho llegó procedente del Paris Saint-Germain, rodeado de altas expectativas y con la misión de devolverle la alegría a un equipo que atravesaba una etapa de transición. Con tan solo 23 años, el brasileño no tardó en encender la chispa. Su magia con el balón, sus regates imposibles y su constante sonrisa enamoraron a los seguidores del club catalán y a millones de aficionados alrededor del mundo.
Durante su etapa en el FC Barcelona, entre 2003 y 2008, Ronaldinho conquistó varios trofeos. Pero más allá de los títulos, su legado radica en haber transformado la manera de jugar y de sentir el fútbol. Fue el arquitecto del estilo que luego consagrarían figuras como Lionel Messi, quien siempre reconoció a Ronaldinho como su gran mentor.
La presentación de Ronaldinho no fue solo la llegada de una estrella. Fue el punto de partida de una revolución. Su paso por el club marcó una época dorada en términos futbolísticos y redefinió la identidad del Barcelona como sinónimo de espectáculo y belleza. Hoy, dos décadas después, su legado sigue vivo. Ronaldinho no solo jugó al fútbol: lo interpretó como nadie más lo hizo. Su magia, su estilo y su sonrisa siguen siendo símbolo de una de las etapas más queridas en la historia del fútbol mundial.