El fútbol ecuatoriano se ve sacudido por un escándalo de proporciones. El delantero Alexander Bolaños, de Independiente del Valle, fue suspendido y el club "rayado" rescindió inmediatamente su contrato, tras descubrirse que falsificó su identidad y edad.
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Las investigaciones revelaron que el verdadero nombre del jugador es Jancer Romario Bolaños Caiserra, y que en realidad tiene 30 años, no los 24 que figuraban en sus documentos oficiales.
Bajo esta falsa identidad, el atacante incluso llegó a disputar el Sudamericano Sub-20 de 2019 con la selección ecuatoriana, cuando ya tenía 25 años. En dicho torneo, la "Tricolor" se consagró campeón (su único título en el certamen de la Conmebol).
La sanción de la FEF
Tras la confirmación de la irregularidad, la Comisión Disciplinaria de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) no dudó en aplicar la máxima sanción posible: tres años de suspensión para el jugador.
Este caso ha generado gran conmoción en el mundo del fútbol ecuatoriano, cuestionando los controles de identidad y edad en las competiciones juveniles. Se espera que las autoridades deportivas tomen medidas para evitar que este tipo de situaciones se repitan en el futuro.
Las repercusiones del caso Bolaños
- Daño a la imagen del fútbol: Este escándalo mancha la reputación del fútbol ecuatoriano a nivel internacional, por lo que es crucial tomar medidas para restaurar la confianza en la integridad del deporte.
- Revisión de los controles: Se espera que las autoridades deportivas revisen a fondo los mecanismos de verificación de identidad y edad en las competiciones juveniles para evitar que este tipo de eventos vuelvan a ocurrir.
El caso de Alexander Bolaños sirve como una dura lección sobre la importancia de la honestidad y el juego limpio en el deporte. Se espera que este escándalo impulse cambios positivos en el fútbol ecuatoriano para garantizar la transparencia y la equidad en las competiciones.