En la plena hegemonía de Brasil en las Copas del Mundo, Pelé solo tuvo un rival que se le pudo plantar y dejarlo fuera de la contienda. Eusebio Da Silva Ferreira, la "Pantera Negra" de Mozambique encaminaba a la selección de Portugal a su primer Mundial en 1966. Ya con un éxito importante alcanzado con el Benfica en la Copa de Europa, el delantero lusitano llegó a Inglaterra para desafiar a la Brasil de Pelé, que buscaba el tricampeonato.
No obstante, el Rey no llegaba en su mejor forma y esto lo detectaron rápidamente sus adversarios. Portugal, Hungría y Bulgaria completaban el grupo 3 de ese Mundial, en el que los húngaros sorprendieron a los bicampeones del mundo. Todo se definía en el último choque entre lusos y brasileños en Goodison Park.
La defensa portuguesa masacró a patadas a Pelé desde el mismo inicio del compromiso. El protagonista principal del castigo sobre "O Rei", fue Joao Pedro Morais, defensa del Sporting de Portugal. Con dos faltas muy severas, dejó fuera de combate al astro brasileño y le dejó el camino abierto para que Eusebio brillara. Portugal terminó ganando el juego 3-1, con dos goles de la Pantera de Mozambique. Esta derrota brasileña los dejó varados en la fase de grupos.
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Luego de esta terrible lesión que sufrió, anunció su retiro de la selección aunque luego volvería para el Mundial de México 1970. Terminó siendo una de las grandes figuras, para obtener su tercer título de campeón del mundo. No obstante, es recordado su paso cortado por la dureza de Joao Pedro Morais y la magia de Eusebio.