El colegiado Pablo González Fuertes, quien desató polémica al advertir al Real Madrid días antes de la final de Copa del Rey en abril, acaba de convertirse en el principal impulsor de la Asociación Española de Árbitros de Fútbol (AESAF).
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Esta agrupación, recientemente registrada en el Boletín Oficial del Estado, suma a otros cinco árbitros vinculados a la llamada "era Negreira", como es el caso de Carlos del Cerro Grande, Alejandro Hernández Hernández, César Soto Grado, Guillermo Cuadra Fernández, José María Sánchez Martínez, Jesús Gil Manzano y Juan Martínez Munuera.
AESAF nace en un contexto de creciente tensión entre el colectivo arbitral y los clubes, principalmente por actuaciones discutidas tanto en campo como en VAR durante esta temporada. El objetivo, según González Fuertes, es defender a los árbitros frente a las presiones mediáticas y deportivas.
“Vamos a hacer historia”
Estas fueron las palabras de González Fuertes de cara a la final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona, la cual terminarían ganando los azulgranas en la prórroga. Esto fue interpretado como una respuesta a la exposición del canal Real Madrid TV al colegiado principal de aquel partido, Ricardo De Burgos Bengoechea.
Luego de que este último rompiese en llanto al mencionar las críticas y amenazas que tanto él como sus hijos han sufrido, González manifestó que el cuerpo arbitral de aquel duelo decisivo iba a "hacer historia", cosa que fue considerada una 'amenaza' por el cuadro blanco.
El propósito del sindicato
AESAF surge como una respuesta a episodios polémicos: enfrentamientos mediáticos con el Real Madrid, críticas por su gestión en el VAR y acusaciones de sesgo, entre otros. Este paso representa un hito en la historia del arbitraje español.
Por primera vez, la figura del juez de campo toma un rol colectivo organizado, con respaldo institucional y la capacidad de negociar condiciones laborales, salarios y defensa jurídica. Los árbitros aspiran a fortalecer su voz y dignidad profesional.