Fue una jornada memorable para el FC Barcelona. Un día para que los culés en el mundo fuera feliz, tras llevarse la Copa del Rey ante su eterno rival, el Real Madrid, con una pizarra de 3-2 en el Estadio La Cartuja de Sevilla.
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Los azulgranas celebraron a lo grande, después del zapatazo de Jules Koundé que firmó para los culés su título copero número 32. Luego en el campo los jugadores dejaron serias demostraciones de cómo están viviendo esta temporada y lo que han venido alcanzando.
Sin embargo, en medio de toda esa algarabía por la victoria, un hecho no gustó mucho a la plantilla y que mantuvo un malestar, según comentó el diario Sport. Todo atado a un protocolo de la RFEF que dio que hablar.
¿Por qué los jugadores de Barcelona se indignaron?
La razón más puntual que hizo peso entre la alegría de los futbolista estaba apegada a temas familiares. Y es que solo miembros más directos pudieron acceder al césped de La Cartuja para festejar con los futbolistas.
Las acreditaciones otorgadas desde la federación fueron limitadas. Solo padres y uno que otro hermano pudo estar cerca del grueso de la plantilla.
Hay algunas imágenes dentro del terreno de juego que dan referencia a desazón en algunos efectivos culés. Uno de ellos protagonizado por Pedri, que dejó una frase contundente sobre el tema: "Lo que es una vergüenza es que des 100 acreditaciones cuando tengo a 30 invitados", expresó el canario.
Otro que también se mostró inconforme con la situación fue Fermín. Quiso intentar tender puentes de negociación para que su gente, que estaba en la grada, pudiera estar en el campo ante la negativa de los representantes de la RFEF.
Lo que cuenta particularmente SPORT es que varios integrantes del vestuario de Barcelona reconocieron presencia de padres, pero inconformidad al no poder compartir con figuras como abuelos u otros familiares.