El pasado mes de diciembre del 2023, el cantante y compositor puertorriqueño Daddy Yankee, le dio adiós a su exitosa carrera musical y anunció que, se entregaría de lleno al cristianismo, luego de haber "recibido la llamada de Dios".
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El Coliseo de Puerto Rico, José Miguel Agrelot, fue el escenario para que el artista le diera fin a una carrera musical de más de treinta años, con un espectáculo llamado “La Meta”, que le puso los pelos de punta a más de 15 mil personas que decidieron acompañarlo en esa “última vuelta”.
De manera simbólica, el dueño de temas como “La Gasolina”, “Rompe” y “Llamada de emergencia”, lanzó al suelo el micrófono que utilizó durante todo el recital, el cual se rompió en pedazos y de esa manera da por sentado el final de su era en el mundo del reggaetón. Ahora bien, en diferentes ocasiones se ha encargado de consolidad el amor que tiene por Dios, tanto así, que ha rechazado grandes ofertas laborales.
Daddy Yankee le dijo 'nanai' al dinero
En una conferencia que ofreció hace unas semanas, el puertorriqueño confesó haber desistido de hacer una ostentosa gira que le dejaría 150 millones de dólares de ganancia. ¿La razón? Su interés por no perder la protección de Cristo.
"Hermano, a mí me tocó sacrificar lo que yo más amaba que era mi carrera musical", comenzó. En el discurso continuó diciendo: "Mi gira fue la segunda más vendida y cuando me hicieron la oferta de 150 millones de dólares y Jesús me dijo: '¿qué vas a hacer?' A mí las piernas me temblaban".
"¡150 melones, hermano! Y el señor: 'sí, los puedes coger pero tú sabes, no voy a estar en tu presencia, no voy a estar en tu vida, vas a ser esclavo de lo que más tú amas", añadió.
En ese sentido, el artista admitió que, sin pensarlo prefirió alejarse de la oferta. "Pero yo dije: '¿de qué le vale a un hombre ganar el mundo? ¿De qué?' Por encima de todo, está mi señor. Tengo que ahora mismo sacrificar todo por demostrar que te amo Jesús, y dije: 'Señor, te voy a seguir, no sé qué me espera, no sé qué va a pasar, y así fui'".
Finalmente, Raymond Ayala, como es su nombre real, aceptó haber tomado la "mejor decisión de su vida".