Han pasado varios años desde que la empresaria, modelo y socialité Kim Kardashian sufrió uno de los robos más mediáticos de la industria del entretenimiento. La situación ocurrió en el año 2016 cuando la estadounidense estaba en París, Francia, para participar en la semana de moda, recibiendo en el hotel a cinco ladrones que la hicieron vivir momentos horribles.
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La mala situación ha regresado a la vida de Kardashian, con presentaciones en el tribunal de Francia, para hablar del fuerte robo en el que se le llevaron casi diez millones de dólares en joyas, entre ellos un precioso anillo de nada más y nada menos que 18,9 quilates, que le había regalado su entonces esposo Kanye West.
Lágrimas de Kim
Con un maquillaje glam, cabello recogido y traje en color de negro, fue como se presentó la modelo ante la justicia francesa el martes 12 de mayo, para afirmar que fueron momentos de mucho dolor ya que pensó que los hombres podrían violarla y matarla.
“Me había quedado dormida solo con una bata puesta, estaba desconcertada. Estaba segura de que me iba a violar, absolutamente pensé que iba a morir. Recé por mi familia y por mi hermana, que entraría y me encontraría, y que no tuvieran una vida decente después de lo que viera”, aseguran que expresó Kim en el encuentro con el juez.
Kimberly, nombre de pila, afirmó que la situación fue peor cuando uno de los hombres tenía en su mano una pistola y la apuntó. En su momento el robo generó una serie de opiniones en una nación tan grande y visitada por famosos como lo es Francia.
La famosa apareció en el juzgado en la compañía de su madre Kris Jenner, y un equipo de seguridad escoltándola en cada momento. Se dice que la madre de cuatro pequeños, fue asaltada por una banda delictiva llamado “Los Abuelos”, en su mayoría señores de 60 y 70 años.