Por William Guzmán P
El rumor corrió como la pólvora por todos los rincones del mundo farandulero hispanoparlante. Y lo que parecía un secreto a voces ya deja de serlo: El actor, modelo y músico venezolano, Alejandro Nones, es la nueva pareja sentimental de la actriz mexicana Geraldine Bazán.
Y ha sido tal la exposición mediática a la que han apelado, que a ellos mismos parece no importarles lo que se comenta, pues por las fotos que han difundido a través de las redes sociales, donde se les ve en actitudes bien comprometedoras, lo más importante es que se entienden bien…demasiado bien.
Aunque la pareja no ha negado ni confirmado nada, los dos han compartido imágenes de lo más románticas de su estancia en París en sus respectivos perfiles e historias en redes sociales. El encuentro que sirvió de caldo de cultivo a los fotógrafos y periodistas, se produjo el pasado 22 de mayo en la alfombra roja del Festival de Cannes, a donde llegaron por separado y luego se pasearon agarrados de manos, haciendo lo mismo por las calles de París.
Alejandro y Geraldine / ARCHIVO
Los compañeros de la telenovela Corona de lágrimas”, emitida por Televisa, posaron muy acaramelados en la antesala del famoso evento cinematográfico y, sin decir nada, sus gestos y caras lo dijeron casi todo: ¡Están enamorados!
Después de cumplir con su compromiso en el Festival de Cannes, llegaron las vacaciones y con ellas unas imágenes de las que han hecho partícipes a sus fans de lo bien que están. Son pistas fáciles de identificar que no necesitan demasiadas suposiciones, ni más comentarios.
Geraldine Bazán viene de atravesar una escandalosa separación de Gabriel Sotol, con quien se casó en 2016 y del que se divorció en 2018. El hogar de los dos mexicanos se vino abajo, luego de los rumores de infidelidad por parte del galán, a quien se le vinculó sentimentalmente con la actriz venezolana Marjorie de Sousa.
Por su parte, Alejandro Nones, de 39 años de edad, es considerado uno de los solteros más cotizados de México y zonas circunvecinas. Y siendo así no se le conocía una pareja fija. Ninguno de los dos tiene “perro que le lata”, por lo que un noviazgo de ellos no es un hecho de extrañar. Basta ver si la relación prospera…y terminan sellándola ante las leyes mexicanas. ¡Se han visto caso!