De la máxima ilusión al subsuelo. Así vivió su primer partido como jugador del Antalyaspor, Shoya Nakajima. El jugador nipón nuevo fichaje del equipo turco salió como suplente ante el Demirspor y no pudo ni completar el minuto de juego en cancha.
El sonido del silbato, la misma onomatopeya para indicar el inicio del juego, un cambio y también el sonido para identificar una quiebra bursátil, un fuera de juego, un gol anulado y a veces una expulsión. Corría el minuto 59 y el Antalyaspor perdía en casa por 0-1.
En ese momento sonó el pitazo del árbitro para indicar el cambio, Nakajima entraba al campo ante la mirada de alegría de su familia, que le alentaba desde la grada. Pero lo que se presuponía un momento de alegría, se tornó en drama en apenas 20 segundos... Cuando volvió a sonar el silbato.
Nakajima entró al partido con ímpetu, quizás demasiada. Pues, en su primera jugada fue a presionar a la defensa rival, que trataba de sacar el balón jugado hasta que el nipón se lanzó con los pies por delante para cortar el pase al lateral derecho. Pero no midió bien y llegó tarde.
Así a los 20 segundos veía como su debut culminaba en una roja y la cara de sorpresa de su familia.