El arranque de Rafael Devers con los Gigantes de San Francisco no ha sido precisamente el más armonioso. Tras el sonado cambio desde los Medias Rojas de Boston, el toletero dominicano ya protagonizó su primer episodio polémico en la Bahía: no se presentó a una sesión de entrenamiento con la leyenda del equipo, Will Clark, quien había sido convocado para ayudarlo a adaptarse a la primera base.
NOTAS RELACIONADAS
¿Fricción temprana o simple malentendido?
Según relató el narrador de los Medias Rojas, Will Flemming, en el programa “WEEI Afternoons”, Clark acudió al Oracle Park con la intención de trabajar con Devers en su transición defensiva. Sin embargo, el jugador nunca apareció. Clark, seis veces All-Star y figura icónica de los Gigantes, expresó su molestia por la falta de compromiso, aunque también mostró comprensión ante el contexto emocional del dominicano.
Clark explicó que Devers podría haber evitado la práctica por no querer exponerse frente al dugout de su antiguo equipo, justo en medio de la atención mediática. Aun así, el ex primera base dejó claro que no tolerará una segunda ausencia: “La próxima vez que esté en San Francisco, estarás en primera base, aunque tenga que arrastrarte yo mismo”, advirtió con tono firme pero sin rencor.
Un historial de tensiones y expectativas altas
Este incidente se suma a los rumores que rodearon la salida de Devers de Boston, donde se hablaba de problemas de comunicación y falta de disposición para adaptarse a nuevas posiciones. Incluso figuras como David Ortiz han señalado públicamente la necesidad de que el jugador mejore su actitud profesional.
En sus primeros 20 juegos con los Gigantes, Rafael Devers ha sido utilizado exclusivamente como bateador designado, con un rendimiento discreto: promedio de .240, dos cuadrangulares y 28 ponches. La expectativa es que eventualmente asuma un rol más completo en el campo, especialmente si quiere ganarse el respeto de una afición exigente. Lo que si es cierto es que ni Devers ha marcado aun una diferencia en La Bahía, ni para Boston ha sido una debacle su salida.