A lo largo de la temporada baja, surgió la pregunta de si los Yankees reducirían su abarrotado cuadro interior para facilitar el acceso al róster de Oswald Peraza o Anthony Volpe; pero este fue nombrado campocorto titular al término de los campos de entrenamiento, por lo que las opciones de infield lucen abarrotadas en el Bronx, con él, Oswaldo Cabrera, Josh Donaldson, Isiah Kiner-Falefa, DJ LeMahieu y Gleyber Torres.
Este último está previsto como el segunda base titular, pero precisamente por ese superávit en jugadores de cuadro, es posible reciba tiempo de juego como bateador designado, sería una manera de resguardarlo de posibles lesiones, aunque el caraqueño no es tan frágil como su compañero Giancarlo Stanton por ejemplo.
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Cualquiera fuese el caso, el hijo de Eusebio sigue con el uniforme a rayas, luego de un receso invernal muy convulsionado en rumores, reportes, análisis e incluso aseveraciones de que sería negociado por el alto mando yankee.
Esos comentarios de hecho vienen desde antes, cuando en la fecha límite para cambios directos, trascendió que la oficina de Brian Cashman tuvo conversaciones con los Marlins de Miami, tratando de entablar un cambalache que habría llevado a Pablo López al Yankee Stadium.
El estira y encoge alrededor del venezolano ha disminuido, pero todavía persiste, y en medios especializados en la cobertura del día a día de los bombarderos, como The New York Post, se dice en tono afirmativo que Torres todavía es una ficha negociable.
Bajo ese contexto todavía hipotético, establecer el valor del intermedista no es sencillo, sólo tiene 26 años, por lo que es válido presumir pueda estar comenzando su mejor momento como atleta profesional.
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Sus temporadas de 21-22 años sugirieron que era una estrella, pero en las campañas de sus 23 y 24 años retrocedió mientras luchaba por ser un shortstop a tiempo completo. De vuelta a la segunda la temporada pasada, tuvo un desempeño ambivalente.
En 2022 se ponchó con demasiada frecuencia, tuvo pocos boletos y sufrió un bajón de 6 semanas que coincidió al principio con rumores de que podría ser traspasado, lo que deprimió sus números generales. Aun así, terminó con 24 jonrones, OPS+ de 114 y 4,1 en war (de Baseball Reference), mejor que, Corey Seager (3,9) y Cedric Mullins (3,8).
Los Yankees tienen que preocuparse si al retener un valor alto al final no obtendrán ningún valor. Pero tampoco quieren subestimar a alguien que todavía podría marcar la diferencia; eso incluiría a un jugador decisivo para los Yankees.
Torres está ganando 9.95 millones este año, y muchas variables podrían impactar sobre cuánto ganará en 2024 (último antes de la agencia libre), pero un equipo tendría que prever al menos 13 millones. Así que, a menos que los Yankees se coman el dinero o contrarresten un acuerdo retirando dólares, un equipo comprador tiene que estar dispuesto a presupuestar en consecuencia.
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Otra posibilidad es que los Yankees podrían simplemente decidir que Torres es más valioso para ellos. Parece el escenario más probable, pero ¿qué pasa si el equipo piensa que un infield medio con Volpe, Oswald Peraza, LeMahieu y Cabrera es mejor ahora, o quieren usar el dinero de Torres de otras maneras?
Ciertos no contendientes con nóminas limitadas como Oakland y Pittsburgh pueden ser descartados tanto si podrían utilizar al criollo como si no, y también podrían hacerlo equipos cómodos en la segunda base como Houston, con José Altuve lesionado, o Texas que tiene a Marcus Semien.
Si en definitiva llegase a ser colocado en el mercado, estos tres equipos podrían ser los más interesados en sus servicios
Filis
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Han perdido al primera base Rhys Hoskins por esta temporada. Podrían mover al tercera base Alec Bohm a la inicial, al segunda base Bryson Stott a la antesala y reemplazar la ofensiva de Hoskins con Torres. El mánager Rob Thomson, desde sus días en los Yankees, conoce bien a Gleyber.
El propietario de Filadelfia, John Middleton, ha aumentado la nómina para perseguir un campeonato. Pero los cuáqueros podrían equilibrar financieramente un cambio incluyendo a Scott Kingery en un paquete, a este le deben 9 millones entre el salario de 2023 y una opción de salida para 2024.
Kingery realmente volvió a abrir los ojos en la primavera. No está en la nómina de 40 jugadores, lo que permite a un equipo adquirente ganar profundidad organizacional sin comprometer un lugar en su róster.
Marineros
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Seattle estuvo interesado en Torres en la temporada baja, pero obtuvo a Kolten Wong, pero todavía parece faltarles un bate para intentar desbancar a los Astros en el Oeste de la Liga Americana. Wong es zurdo, Torres podría jugar en segunda contra lanzadores siniestros o en todo caso como designado.
Y, de nuevo, si se necesitara un equilibrio salarial, Chris Flexen está ganando 8 millones este año y podría ser incluido para proporcionar profundidad de lanzamiento inicial para los Yankees.
Medias Blancas
Otros clubes, como los Giantes, podrían utilizar el bate de Torres. ¿Pero son contendientes? Para Chicago, en la más débil División Central, parecen contendientes viables y están tratando de tapar la segunda base con Elvis Andrus y Romy González.
Aaron Bummer, un zurdo con un potente sinker, parecía ser Zack Britton 2.0. Si los Yankees todavía piensan eso, ¿meterían a Torres en un paquete construido alrededor de Bummer, a quien le quedan al menos 2 años a 10.5 millones pero también tiene opciones del club en 2025 y 2026?