Una de las mayores expresiones de dominio en el juego de beisbol, son los ponches, y si estos ocurren en turnos ofensivos de importancia, con corredores en posición de anotar por ejemplo, pueden no tener defensa alguna, echando tierra a los esfuerzos que se hagan por ganar.
En el segundo juego de su Serie Divisional, una alta tasa de ponches le pasa factura a los Yankees de Nueva York sobre los Guardianes de Cleveland.
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Durante 10 entradas, los Bombarderos fueron guillotinados 15 veces, un notorio contraste respecto a los antiguos Indios, 8, o lo que es igual, el conjunto del Bronx se ponchó un 53,3% más, sencillamente demasiado.
Lo que agrava la situación para los muchachos de Aaron Boone, fueron los momentos en que llegaron esos ponches, en situaciones que pudieron significar rallys o al menos pisar el plato en una ocasión.
Como en el tercer tramo, cuando Aaron Judge abrió el tramo abanicando la brisa, en seguida Anthony Rizzo sacó boleto, Gleyber Torres ligó sencillo pero Giancarlo Stanton también se ponchó tirándolo y Josh Donaldson falló con línea al 7.
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Otro inning que pudo ser grande fue el sexto; ahí Stanton comenzó con ponche, Donaldson negoció pasaporte, Oswaldo Cabrera recibió chocolate, Isiah Kiner-Falega dio hit y Matt Carpenter entregó el tercer out, también con ponche.
Para echar sal a la herida, los 3 outs del séptimo fueron abanicados.
Para el octavo, Gleyber Torres inició con ponche, Stanton y Donaldson recibieron bases por bolas, pero Cabrera de nuevo falló tirándole, Kiner-Falefa obtuvo las cuatro malas y Kyle Higashioka entregó el tercero con línea al 5. Tres corredores dejados en base en un inning donde dos bateadores se poncharon.
Solo en las mencionadas entradas, los Yankees dejaron 7 corredores en circulación. ¿Se aprecia el por qué fueron a entradas adicionales para finalmente ceder?
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