Lo que debía ser una jornada de celebración para los Dallas Mavericks se tornó en preocupación. Durante el tradicional juego de Navidad el pasado 25 de diciembre, la estrella del equipo, Anthony Davis, sufrió una distensión leve en la ingle que lo obligará a alejarse de las canchas por varios encuentros.
El incidente ocurrió durante el segundo cuarto del enfrentamiento contra los Golden State Warriors. Davis, de 32 años, tuvo que retirarse tras sentir molestias musculares que el equipo inicialmente catalogó como espasmos en la ingle derecha. Tras ser evaluado por el cuerpo médico el viernes, fuentes de ESPN confirmaron que se trata de una distensión menor.
Un historial que obliga a la cautela
La organización de los Mavericks ha decidido adoptar un enfoque conservador con la recuperación del jugador:
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Evaluación diaria: Davis será monitoreado día a día para determinar su regreso.
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Baja temporal: Se espera que se pierda, al menos, "unos cuantos partidos".
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Precedentes: Esta es la decimotercera lesión relacionada con la ingle en la carrera de Davis. Además, esta temporada ya se perdió 14 partidos debido a una distensión en el gemelo izquierdo.
Impacto en el mercado de traspasos
La noticia no solo afecta el rendimiento inmediato del equipo (que tiene un récord de 4-12 cuando Davis no juega), sino que también sacude los despachos de la NBA. Davis es considerado un objetivo de traspaso significativo antes de la fecha límite de febrero.
"Los Mavericks han mantenido una postura precavida con las lesiones de Davis durante toda la temporada, y esta nueva dolencia refuerza esa filosofía de protección del activo", señalan fuentes cercanas a la liga.
Con el equipo luchando por puestos de Play-in y la emergencia del novato Cooper Flagg, la disponibilidad de Davis será clave para definir si Dallas decide reconstruir su plantilla o mantener a su veterano de élite.