Los enfrentamientos entre Real Madrid y Barcelona, que tanta emoción despiertan a nivel deportivo a lo largo del mundo, están cada vez más opacados por las polémicas que rodean a los clubes más importantes del fútbol español. Ahora mismo cada quien cuida sus intereses y no le importa señalar al otro con tal de hacerlo.
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El estallido del "Caso Negreira" fue el factor que dinamitó la relación entre culés y merengues, desde hace más de un año los dos clubes se han hecho diversos señalamientos de forma pública y eso no ha derivado en nada nuevo. Desde el sector blanco consideran que le pago de 8 millones por parte de los catalanes a él que fuera el vicepresidente del comité de árbitros son un acto de corrupción llevado a cabo para favorecer a los blaugranas... Por ende no se han quedado con los brazos cruzados.
La medida tomada por parte del Real Madrid, para evitar ser "perjudicados" por los árbitros se basa en presionar y señalar constantemente a los jueces usando antiguos "errores" suyos como argumento, algo que sin duda hace la situación algo más tensa.
En Barcelona no entienden cómo se le permite a los blancos presionar de esa manera a los colegiados, y que, entre eso y el proceso de Negreira abierto, los árbitros se están decantando en favorecer a los merengues en diversas ocasiones, algo que termina afectando al resto de equipos.
Ahora mismo los dos clubes están enfrascados en señalarse mutuamente y nada indica que la situación vaya a mejorar, de hecho, es evidente que lo único que no provoca un colapso total entre sus relaciones es el deseo mutuo de llevar a cabo la Superliga, un proyecto en el que los dos conjuntos se verían muy beneficiados de forma económica, en caso de concretarse.