El 13 de mayo de 2025, Robert De Niro subió al escenario de la 78.ª edición del Festival de Cannes para recibir la Palma de Oro honorífica, de manos de su amigo Leonardo DiCaprio.
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La ceremonia reunió a más de 2.000 invitados del mundo del cine, y el actor de 81 años aprovechó para agradecer y rendir homenaje a sus colegas, antes de virar su discurso hacia la política estadounidense.
De Niro se le va encima a Trump
Durante la entrega, Robert lanzó duras críticas contra el mandatario Donald Trump, a quien tildó de “presidente filisteo” y advirtió sobre el peligro de sus políticas para la libertad artística.
"Ahora en mi país luchamos con uñas y dientes por la democracia que antes dábamos por sentada. No se puede poner precio a la creatividad, pero aparentemente si se le puede imponer un arancel. Claro que esto es inaceptable. Todos estos ataques lo son", expresó.
"No podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que actuar, y tenemos que hacerlo ya", agregó el dos veces ganador del Oscar. Entre tanto, rechazó que este movimiento “mina el corazón cultural de la nación” y llamó al público a organizarse y protestar para defender la cultura.
El neoyorkino denunció el plan de Trump de imponer un arancel del 100 % a las películas extranjeras, calificándolo de amenaza para el arte global y la democracia. El actor también cuestionó la influencia de Trump en el Kennedy Center, criticando los recortes de fondos y nombramientos partidistas.
Según el protagonista de "El Padrino", dicha medida "pone en jaque la diversidad cultural" y amenaza al séptimo arte mundial. Este episodio marca un nuevo capítulo en la prolongada enemistad entre De Niro y Trump, que data de hace más de una década.
Aranceles de Donald Trump
El 5 de mayo de 2025, Trump anunció la imposición de un arancel del 100 % a todas las películas producidas en el extranjero que ingresen al mercado estadounidense.
Según el propio presidente, esta medida busca contrarrestar “un esfuerzo concertado de otras naciones” que ofrecen incentivos para atraer rodajes y protegen lo que él calificó como una amenaza a la “industria cinematográfica americana” y la seguridad nacional.
El anuncio instruyó al Departamento de Comercio y a la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. a iniciar de inmediato los trámites para aplicar el nuevo impuesto. Trump argumentó que, sin estas protecciones, el cine estadounidense “está muriendo a un ritmo vertiginoso”.