Josué Rincón
¿Quién escapa de la policía, por la autopista de Los Ángeles en una camioneta a 200 kilómetros por hora, a pleno día y con un helicóptero siguiéndolo con una cámara de tv, trasmitiendo en vivo para todo Estado Unidos, en 1994? Ese temerario fue Orenthal James Simpson.
En 1973, jugando con los Buffalo Bills, como corredor ofensivo logró más de 2.000 yardas en una temporada, O.J Simpson consiguió 19.236 yardas terrestres de por vida, colocándolo entonces como el 2º mejor corredor de todos los tiempos; ahora ocupa el 17º lugar. Fue nombrado el Jugador Más valioso de la NFL en 1973, y jugó en seis Juegos de Estrellas. O.J Simpson llegó al Salón de la Fama en 1985, su primer año de elegibilidad.
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Ahora, ¿por qué escapaba Simpson de la policía 21 años después? El hecho es muy conocido, tanto que fue llamado “El juicio del Siglo”, pero retomar esa historia es redundante en estos momentos, aunque fue absuelto de esa acusación terminó en la cárcel años después por culpa de su misma fama deportiva. La gran cantidad de mercancía y souvenir alrededor de su imagen por su carrera deportiva lo llevarían tras las rejas.
En el año 2008, O.J Simpson parece que tenía problemas económicos y decidió “recuperar” objetos de su carrera deportiva que era propiedad de un coleccionista que se encontraba en un hotel de la ciudad de Las Vegas. Tan mala suerte que fue atrapado por la policía y enjuiciado. Lo condenaron a un mínimo de 9 años en prisión y a un máximo de 33 años por robo y secuestro. En 2017, a los 70 años de edad, obtiene la libertad condicional.
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Como exjugador de la NFL tiene derecho a una pensión que, en su caso, asciende a más de 10.000 dólares al mes, su vida es un reflejo de lo que fue en el campo, un corredor que elude los golpes -tackles- de la vida.