Redacción Meridiano
Michael Schumacher es uno de los pilotos más grandes de la historia de la Fórmula 1, para muchos el mejor de todos, sus logros le han permitido trascender la historia, en especial por su hazaña de 5 títulos consecutivos del año 2000 a 2004, sin embargo; como en todo deporte, existe la rivalidad, un tema del cual nunca se conocerá un fin.
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En ese tiempo, la relación de Schumi con Jean Todt (en ese momento jefe de equipo), no era la mejor, incluso hubo un momento donde el líder iba a hacer un movimiento que colocara al piloto finlandés Mikka Hakkinen en el mismo asiento que el alemán, una situación que no fue del agrado de Michael.
La incorporación del finlandés habría significado uno de los mejores movimientos de todos los tiempos, tener a los dos mejores corredores en un mismo equipo, sin embargo; Schumacher no apoyó esta causa y el negocio terminó en caída.
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De acuerdo a fuentes que dieron a conocer la situación en ese entonces, ambos pilotos habrían tenido conflictos en las pistas de carreras, por lo que la unión sería algo impensable que para Michael no habría funcionado, negándose completamente a esta iniciativa.
Para Hakkinen no significaría que una idea poco probable, pero no le tomó tanta importancia y seguiría compitiendo, admitiendo a medios internacionales que la única manera de ganarle a Schumacher era ser más rápido y habilidoso, de otro modo no habría logrado ganar el 1998.