Una de las filosofías del Real Madrid es contar con los mejores jugadores del mundo en su plantilla. Un pensamiento que con el pasar de los años y sobre todo por la pandemia, cambió ligeramente.
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Para nadie es un secreto, que el presidente, Florentino Pérez, es una de las figuras más emblemáticas de la "Casa Blanca". Su manera de negociar y la forma en que dirige todos los hilos en el club blanco, fue vital para el éxito de las últimas temporadas.
Sin embargo, el dirigente español no se conforma y quiere retirarse de la presidencia, dejando una de las mejores plantillas en la historia de la institución merengue, llena de talentos generacionales que comandaran al equipo en los próximos años.
Entre estas estrellas se pueden mencionar a Vinícius Júnior, Rodrygo Goes, Fede Valverde, Jude Bellingham, Eduardo Camavinga o Aurélien Tchouaméni, quienes se ganaron un puesto en el once habitual y algunos son considerados como los más destacados del mundo.
Un camino de mucho tiempo
Ahora bien, lo más admirable de la gestión de la directiva comandada por Florentino Pérez es que para conformar este gran plantel no necesitaron gastar enormes cantidades de dinero. La "Casa Blanca" decidió apostar por jugadores con mucho potencial e incorporarlos antes de que alcanzarán su máximo nivel, una fórmula que con el tiempo dio sus frutos.
Todos los futbolistas mencionados anteriormente, salieron de esa estrategia. Además, los responsables del club también se enfocaron en aprovechar las oportunidades para contratar a varios de los futbolistas más destacados del momento, como agentes libres o a falta de un año para que finalizará su contrato.
Sin dudas, los aficionados merengues están muy agradecidos con sus dirigentes por empezar a practicar dicha estrategia y salvaguardar la economía del club en una época donde los clubes tradicionales (Liverpool, Bayern Múnich o Barcelona...) deben competir con los "jeques" por los mejores deportistas.