Redacción Meridiano
No fue la noche del Manchester United, el destino tenía preparado un duro golpe y a Anthony Elanga, un canterano de la nueva camada de los Red Devils, le tocó una responsabilidad demasiado grande. El sueco se vio vencido por los nervios en el último penalti de la tanda. Sobre sus botas recayó la clasificación a octavos de la FA Cup frente al Middlesbrough, equipo de la segunda división inglesa. El joven chutó fuera y quebró en llanto. Fue la estampa de la impotencia ante la eliminación.
El Manchester United no tuvo su noche y tampoco Cristiano Ronaldo. El portugués enemistado con el gol sufrió una de las más extendidas rachas de fallas de toda su carrera. Si no era el arquero Lumley, era la falta de precisión en su pegada. Cristino se vio frustrado siempre por una largometraje interminable de fallos. Ni el delantero ni el equipo pudieron hallar lo más importante de este deporte: el gol.
De todos los remates solo Jadon Sancho pudo gritar gol, en el minuto 25. Bruno Fernandes lo habilitó con un pase que lo dejó solo; su tiro fue cruzado, asistido por un rebote de un rival, el 1-0 para el United que todavía no se imaginaba que ese iba a hacer el único gol en 120 minutos de juego y después de 30 disparos, solo nueve de ellos irían a portería. Uno de ellos fue este gol.
La imprecisión dio vida al equipo rival que en el segundo tiempo. Watmore controló ayudado por una clara mano (el árbitro dejó seguir) y su disparo quedó en un rebote que no perdonó Crooks, lanzado a cazar lo que fuera en el área. El 1-1 llevó todo a la prórroga.
En ese lapso de 30 minutos los dirigidos por Rangnick apretaron más con el corazón que con la cabeza, sin fútbol, pero con alma. No funcionó. En la prórroga no hubo forma de iluminar el ataque Red Devil.
Así todo se decidió en los penaltis, donde las fuerzas se igualan y solo vale la fortaleza mental. Y fue el Middlesbrough tras una agónica tanda de penales con dieciséis lanzamientos, quien avanza a los octavos de final de la FA Cup.
Mientras en Old Trafford saltan todas las alarmas tras la eliminación. Ralf Rangnick no mejora a Ole Gunnar Solskjaer y el desánimo se apodera de las tribunas del Teatro de los Sueños. El United le queda la pelea por el cuarto puesto en la Premier League y con el Atlético de Diego Pablo Simeone en el horizonte.